Características de Dios

 

"Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón" (Proverbios 3:3)

Vemos cómo es importante para Dios, la verdad y la misericordia, pues es a través de ellas que podemos actuar con justicia y no con sentimientos.
... Y Él mismo, es ejemplo de estas acciones
Cuando mantenemos dentro nuestro la misericordia, conseguimos comprender las debilidades y las necesidades de los otros.
Esto también nos hace actuar moderamente para sumar en aquella persona, sin condernarla sino exhortando o enseñando en amor y compresión.
Vivir en la verdad no es solo no decir mentiras, pues esto, todo el mundo sabe que está mal, pero para un cristiano es mucho más amplio que eso, pues nuestra vida es un conjunto de actitudes y comportamientos que deben estar llenos de verdad.
En primer lugar la verdad es para con Dios, en un corazón íntegro, real y verdadero para con Él, en nuestra entrega y compromiso, y para con nuestro cuidado espiritual.
Luego para con nosotras mismas, verdaderas en nuestra fe, en nuestra amistad, en nuestro cuidado, en nuestro dar, en nuestro recibir, en nuestro andar, en fin, ser verdaderas por dentro y por fuera.
Amigas, Dios no solo nos pide que seamos misericordiosas y verdaderas a veces, sino que estas características sean parte de nuestra vida en todo, pues así como Él está en nosotras, así también están sus caraterísticas. Escribirlas y atarlas son dos acciones que deben acompañarnos en nuestro día a día, o sea, ponerlas en práctica en todo momento y en cualquier situación, sin anteponer nuestro sentir ni nuestro pensar.
Para finalizar, meditemos también en este pasaje que dice:"Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médicos, sino los enfermos. Id pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentido". (Mt.9:12-13)

¡Todo lo que hagamos para Dios, no tiene valor si la miseriocordia y la verdad no nos acompañan! Miremos y vivamos como el Señor Jesús para cumplir el propósito de Dios.

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