Un espacio donde una emoción tras otra nuestro mundo cambiará. Juntos podemos construir un entorno saludable y restablecer el equilibrio personal.
¡Somos lo que sentimos!
¿Cuántas veces hemos escuchado la frase “somos lo que comemos“? ¡Millones de veces! Y seguramente en gran parte es cierto, aunque no estoy tan convencida de que si comemos chocolate seamos chocolate, porque entonces estaríamos a merced de cualquier antojado que se cruce en nuestro camino.
De lo que sí estoy realmente convencida es que “somos lo que sentimos” ¡Sí, señor! Esto sí que es totalmente cierto, somos felicidad, tristeza, alegría, enojo, miedo… somos un reflejo real de lo que sentimos.
Cuando algo bueno nos sucede, generamos emociones agradables y automáticamente nos convertimos en la viva imagen de lo que significan, sonreímos todo el tiempo, platicamos animadamente lo que nos pasó y motivamos a los demás para que pasen por lo mismo.
Así también cuando algo malo nos sucede, la gran diferencia es que al pasar por situaciones desagradables o molestas, contagiamos ese ánimo negativo a los demás y ahí… ¡lo recibimos de regreso! Y nos afecta más de lo que la misma situación lo hace.
Podemos reconstruir nuestro entorno, restablecer el equilibrio personal y lograr un mundo lleno de emociones, más ligero, más libre y más feliz. ¿Cómo?
¡Te espero por aquí!