¿Has notado alguna vez que, por mucho que te esfuerces, parece que siempre hay algo que te impide alcanzar tus objetivos?
En miles de blogs de internet te dirán que lo que te impide cumplir sueños es el autosabotaje pero…
¿Es realmente lo que obstaculiza tu propio progreso, éxito y felicidad?
Me temo que no.
¡Sigue leyendo!
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¿Qué significa sabotear?
La Real Academia de la Lengua Española (RAE) dice que sabotear significa realizar actos de sabotaje sobre algo.
El sabotaje, según la RAE, es una oposición u obstrucción disimulada contra proyectos, órdenes, decisiones, ideas, etc.
¿Qué es el autosabotaje?
El autosabotaje es, por tanto, un patrón de comportamiento destructivo en el que las personas obstaculizan su propio progreso, éxito y felicidad.
Sin embargo, a mí no me gusta este término.
Si prestamos atención a la definición nos daremos cuenta que el sabotaje es un acto deliberado e intencional de destrucción.
Y como yo lo veo, la mayoría de los comportamientos contraproducentes, no son deliberados o intencionales.
Más bien, los hacemos de forma automática o inconsciente.
Sin darnos cuenta realmente de lo que estamos haciendo.
¿Por qué me autosaboteo?
Bueno ya sabes que no estoy muy de acuerdo con el término “autosabotaje”.
Así que reformularemos la pregunta.
“¿Por qué llevo a cabo acciones contraproducentes con mis objetivos?”
“¿Por qué tengo comportamientos autodestructivos a pesar de que sé perfectamente lo que quiero hacer?”
Respuesta corta: porque eres un ser humano.
Es más, eres un ser humano perfectamente normal.
No hay nada malo ni raro en ti porque lleves a cabo este tipo de comportamientos.
Tienes que saber que es totalmente natural que los humanos actúen de forma contraproducente.
Que llevemos a cabo conductas que nos impiden conseguir nuestros objetivos a largo plazo.
Sin embargo, eso no significa que no puedas establecer hábitos y estrategias que te ayuden a cambiar.
Lo primero será reconocer los comportamientos autodestructivos o contraproducentes.
¿Cómo reconocer los comportamientos auto destructivos o contraproducentes?
Hay ciertas conductas y comportamientos que son fácilmente identificables como autodestructivos como puede ser la adicción a una sustancia o comer compulsivamente.
Sin embargo, hay otras conductas contraproducentes que son más difíciles de reconocer, porque a menudo son más sutiles e insidiosas.
Algunas de las más comunes son:
La procrastinación
Aplazar tareas que deben hacerse para cumplir nuestros objetivos.El miedo al fracaso o al éxito
Permitimos que nuestro miedo nos impida asumir los riesgos necesarios para crecer y progresar.El perfeccionismo
Nos impide actuar a menos que estemos absolutamente seguros de que lo conseguiremos.Las dudas sobre uno mismo y la preocupación
Nos impiden creer en nuestras propias capacidades o intentar algo nuevo.Por su puesto que así escritas parece que son fácilmente reconocibles.
Sin embargo, son capaces de colarse en nuestro día a día de forma silenciosa y sin que nos demos cuenta.
¿Por qué ocurre esto?
¡Sigue leyendo!
Las excusas disfrazadas (que no es lo mismo que autosabotaje mental)
Las excusas son el enemigo número uno del cambio.
Sería fácil no creer en las excusas que nos lanza nuestra mente, pero no es tan sencillo.
No nos damos cuenta de cuándo ponemos excusas porque nuestra mente tiene un trucazo: hacer que parezcan razones legítimas.
Te cuento un ejemplo.
Te has propuesto ir al gimnasio para estar en forma.
Hoy es martes y te toca ir, pero estás cansado.
Tu mente no te dice:
“Mira ir al gimnasio es difícil y frustrante, te va a costar un esfuerzo. Mejor quédate aquí tranquilito viendo Netflix”.
No lo hace así porque sería muy fácil identificarla como excusa. Le ganarías esta partida y acabarías yendo al gimnasio.
¿Qué es lo que hace entonces?
Darte una excusa disfrazada de argumento razonable.
Una de ellas podría ser algo así
“ Estoy cansado, es normal. Ha sido una semana muy intensa. Estoy estresado. No conviene añadir más estrés al cuerpo. Es mejor que descanse y ya iré la semana que viene, que la tengo más libre. Además, cansado no se puede entrenar bien. El autocuidado es importante, a veces, está bien descansar y no hacer nada”
Esta si es fácilmente creíble.
Suena razonable.
Es fácil pensar que esto es una razón de peso y no una excusa.
Esta es la principal razón por la que nos cuesta tanto cambiar.
No por el miedo, la autoestima, la falta de confianza
Son las excusas disfrazadas de argumentos legítimos y muy razonables.
Como te decía en el título de este apartado las excusas no son lo mismo que el autosabotaje mental.
Porque no nos ponemos excusas de forma deliberada.
Es un mecanismo de nuestra mente para que ahorremos energía y mantenernos libre de situaciones que ella interpreta como peligrosas.
Las excusas disfrazadas de argumentos razonables son las que hacen que nos cueste cambiar y que sigamos haciendo las cosas de la misma manera una y otra vez.
A pesar de que nos duela fallar otra vez.
A pesar de que realmente queramos un cambio en nuestra vida.
Vale y ¿cómo identifico las excusas?
Las 13 excusas más frecuentes de nuestra mente
Verás tu mente y la mía (y la de toda la humanidad) se parecen muchísimo.
Resulta que a todos más o menos nos manda las mismas excusas disfrazadas de razones para no actuar.
Identificarlas es clave para dejar de creernoslas.
Si las reconocemos, cuando nuestra mente nos lance una de ellas podemos decirle:
“¡Te pillé! Esta vez no me la cuelas. Se que es una excusa y quieres que no me canse pero ir al gimnasio es importante para mí”
¿Quieres saber cuáles son las excusas más comunes para comenzar a identificarla y así dejar de tomar acciones contraproducentes que te alejan de lo que verdaderamente quieres hacer?
Mini Guía para identificar las Excusas
Si te apuntas te regalaré una lista con las excusas más comunes que te manda tu mente.
Con ella podrás identificar de forma rápida y eficaz tus excusas más recurrentes e impedir que se interponga entre tú y el cambio que quieres.
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Soy Blanca, Psicóloga Online y... no siempre me llevé bien con mi mente. Escribo en este blog para ayudarte a llevar una vida rica y satisfactoria.
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Blanca Bohórquez Psicóloga especializada en Terapia de Aceptación y Compromiso
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