Cuando se hace referencia a las dificultades del lenguaje, se utiliza el término dislexia.
Sin embargo, para matemáticas se usa el término Discalculia.
Esencialmente, la discalculia matemática es una discapacidad de aprendizaje para los conceptos matemáticos o aritméticos.
Normalmente, un estudiante debe experimentar dificultades significativas que son específicas de las matemáticas antes de que se realice un diagnóstico de educación especial que a menudo les permitirá recibir apoyo de educación especial en forma de adaptaciones o modificaciones.
Actualmente, no hay una prueba de diagnóstico clara o criterios claramente definidos que se usen para definir la discalculia.
Los estudiantes con discalculia a menudo no son diagnosticados en el sistema escolar público debido a la falta de un marco o criterio medible.
Discalculia o dificultades en el aprendizaje de las matemáticas
¿Por qué algunas personas tienen discalculia?
En su mayor parte, las personas que experimentan dificultades matemáticas (discalculia) a menudo tienen una forma de dificultades de procesamiento visual.
En algunos casos, las dificultades en matemáticas provienen de las dificultades de la secuenciación.
Las matemáticas requieren un conjunto de procedimientos que deben seguirse de manera secuencial, esto también puede relacionarse con los déficits de memoria.
Las personas que experimentan dificultades para recordar cosas tendrán dificultades para recordar el orden de las operaciones a seguir o la secuencia específica de pasos a seguir para resolver un problema de matemáticas.
Por último, las dificultades en matemáticas a menudo están relacionadas con una forma de fobia matemática.
Esto a menudo se deriva de la creencia de que uno “no es bueno para las matemáticas”.
Algunas experiencias negativas en el pasado pueden generar una falta de confianza o de ansiedad ante las matemáticas.
Por eso, padres y maestros, tengan mucho cuidado al expresarse ante un niño que presente problemas de aprendizaje.
Poner adjetivos despectivos, ridiculizar, pegar o castigar jamás resolverá los problemas de un niño.
Sabemos muy bien que una actitud positiva conduce a un mejor rendimiento.
¿Cómo puedes detectar la discalculia?
Los síntomas más visibles que pueden darte una señal de alerta son:
Dificultad para reconocer números
Retrasarse en aprender a contar
Luchar para conectar los símbolos numéricos (4) con sus palabras correspondientes (cuatro)
Tener dificultad para reconocer patrones y poner las cosas en orden.
Perder la pista al contar
Necesidad de usar ayudas visuales, como dedos, para ayudar a contar
Y a medida que las matemáticas se convierten en una parte importante del día escolar, los niños con discalculia probablemente pueden:
Tener dificultades significativas para aprender funciones matemáticas básicas como sumas y restas, tablas de multiplicar y más
Ser incapaz de comprender los conceptos detrás de los problemas de palabras y otros cálculos matemáticos no numéricos
Tener dificultad para estimar cuánto tiempo llevará completar una tarea
Luchar con tareas y exámenes de matemáticas
Tener dificultad para mantenerse a nivel de grado en matemáticas
Luchar para procesar ideas visual-espaciales como gráficos y tablas
¿Qué se puede hacer?
Cuando trabajes en la resolución de problemas brinda oportunidades para usar situaciones o elementos de la vida real para ayudar con la visualización.
Usa imágenes, palabras o gráficos para ayudar a entender.
Relaciona todos los problemas con una situación de la vida real tanto como sea posible.
Promover una actitud de “puedo hacer” tanto como sea posible.
NUNCA digas:
“No era bueno en matemáticas, así que no es de extrañar que no seas bueno en eso”.
Recuerda, con las situaciones adecuadas (tutoría, apoyo individualizado) y una actitud positiva, todos pueden hacer matemáticas.
Utiliza un enfoque divertido para los conceptos básicos.
Los juegos de cartas y de computadora para dominar los hechos básicos hasta 20 y las tablas de multiplicar funcionan bien.
10 minutos al día pueden hacer maravillas.
Proporciona ayuda con el aprendizaje de los símbolos matemáticos y el lenguaje matemático.
Por ejemplo, piensa en este símbolo:
Puede significar restar, puede ser el símbolo de fracción, puede referirse a un entero negativo.
Asegúrate de que haya comprensión para todos los símbolos matemáticos.
Si tu hijo o alumno presenta ansiedad ante las matemáticas, recuerda que no es exclusiva de los niños con discalculia, pero es común entre los niños con el trastorno.
Puedes enseñarles estrategias para el manejo de la ansiedad.
A medida que los niños aprenden a manejar la ansiedad provocada por los desafíos matemáticos, se vuelven más capaces de absorber información y técnicas que pueden ayudar.
Si tu hijo tiene discalculia, puede sentirse frustrado o avergonzado cuando se le pide que haga cosas, como recitar tablas de multiplicación, que son difíciles para él, especialmente durante la clase o cuando otros estudiantes están presentes.
Pero los problemas a menudo pueden ir más allá de la escuela.
El impacto de la discalculia en las actividades cotidianas (jugar juegos de mesa, o incluso leer los relojes con precisión) puede hacer que los niños se sientan tímidos y eviten estas actividades.
Es por eso que debes ayudar a tu hijo a comprender su trastorno de aprendizaje para brindarle las herramientas que necesita para manejar su discalculia, tanto académica como emocionalmente.
Habla con él acerca de las dificultades que la discalculia puede causar y sé específico:
“¿Sabes cuánto te cuesta recordar tus horarios o saber cuánto cambio hay que darle a la señora de la tienda?
Eso es la discalculia”.
Reconoce sus problemas y elogia el trabajo duro, incluso si los resultados no son perfectos:
Elogia los esfuerzos en lugar de los resultados ayudará a tu hijo a sentirse orgulloso de su trabajo, incluso si no se refleja en su calificación final.
Ayúdalo a identificar sus fortalezas específicas en otras materias.
Combate el diálogo interno negativo: si tu hijo comienza a decir cosas como “Soy estúpido”, no lo ignores.
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