Todos los días, tenemos la oportunidad de presenciar pequeñas muertes, porque cada momento es una pequeña muerte que conduce a una nueva vida.
¿Qué hacer si aún no estabas preparado para presenciar una muerte dolorosa?
La respuesta es muy sencilla y a la vez un poco cortante: “Nadie nunca está preparado para ver morir a un ser que ama” Solo puedes prepararte para confrontar el dolor de una pérdida significativa e internamente, aceptar la muerte y lograr el crecimiento.
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