Vale, hace unos días un amigo me dijo: Antonio, cada vez que te leo pienso que estás intentando emular a Isra Bravo, pero hoy me has confirmado que eres Isra Bravo.
Fue un halago como pocos.
¿Sabes? hoy nadie se acuerda de que Picasso emulaba a Rafael, pero todo el mundo recuerda cómo pintaba Picasso.
La gracia del asunto es que, en nuestra larga vida, podemos emular a quien queramos.
Podemos emular a los que salen por la TV. Podemos emular todos los personajes de todas las series de Netflix. Podemos emular todas las películas de terror porque me encanta ver películas de terror. Podemos emular a Satanás y pagar siempre con la moneda de la mentira. Podemos emular a aquellos a nuestro alrededor que siempre están cansados y siempre son negativos.
O. Porque siempre hay un o.
Podemos emular a los mejores escritores persuasivos. Podemos emular a los Hemingways y a los Cervantes y a los Stefan Zweigs. Podemos emular a los Jesús y a los Budas y a Dios si nos lo proponemos. Podemos emular a los monjes tibetanos y a los alicantinos también. Podemos emular a los profesores de Vipassana, a los Goenkas y a los Sayagyi U Ba Khin. Podemos emular a los mejores maestros de calistenia. Podemos emular a los Jim Rohns y a los Jim Camps y a los Ray Dalios y a los Tony Robbins.
Y, quizás, algún día y si la fortuna está de nuestro lado, dejaremos de emularles y empezaremos a actuar como sólo nosotros actuaríamos, siendo nosotros mismos y despertando por fin nuestro genio dormido signifique eso lo que signifique.
Sólo en nuestra mano está, a quién queremos parecernos.
Recuerda: soy todos los senderos que he caminado y soy todos los caminos que me quedan por recorrer… qué gran frase. ¿Estaré emulando a alguien, o será mía?
Estoy pensando en acuñar yo una: a los 37 años escribía y vendía como Isra Bravo (en mis sueños). Me llevó toda una vida aprender a escribir y vender como Antonio.
Fuente: este post proviene de Ricos y Libres, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado: