7 claves para superar la crisis y no terminar en el manicomio

Hazte cargo de tu destino: Está bien que seas una persona religiosa, llena de fe; pero no le dejes todo a Dios, a los astros o seres alienígenas que llegarán a ayudarte. Los problemas se enfrentan con acciones concretas que generen resultados. Al respecto, los rusos tienen un proverbio que dice: “reza, pero sigue remando”.

Maximiza tus fortalezas: ¿Para qué inventar el agua tibia? Toma lápiz y papel para escribir tus fortalezas y sácale punta a tu potencial. En momentos de crisis tenemos poco margen de acción para emprender una curva de aprendizaje. Esto no quiere decir que no inviertas en ti, solo que no pretendas iniciar una colegiatura de 3 años para aprender un oficio y luego ser productivo. Para entonces ya estarás frito.

Establece alianzas ganar – ganar: Bájale el ritmo a la ansiedad, toma aire y mira a tu alrededor. Identifica en tu entorno personas que, al igual que tú, tienen el éxito como objetivo. Te sorprenderá el enorme poder que tiene la cooperación y el desarrollo de relaciones interpersonales de calidad para llevar a cabo cualquier emprendimiento.Busca rodearte de emprendedores, de visionarios, de individuos que viven su vida como si nada a su alrededor pudiera afectarles.

Aléjate de los pesimistas: Huye de quienes ni siquiera ven el vaso medio vacío, sino que se niegan a tomar el agua por temor a alguna indigestión. Las emociones son contagiosas, afirma Daniel Goleman en su libro “La Inteligencia Emocional”. Entonces imagina que el pesimismo es una cosa parecida al ébola, que puede matar tu entusiasmo en cuestión de minutos. Cuando veas a esos personajes por la calle, solo sonríe y evita comentarle tus proyectos, pues todo pesimista que se respete, tiene decenas de argumentos a flor de labios para fastidiarte el día.

Ajusta la configuración de tu vida a los cambios: Si vives en un entorno de crisis económica, no pretendas llevar el mismo patrón de consumo que antes. Mientras desarrollas nuevas ideas para el éxito, has una lista de chequeo para ajustar tus gastos a la nueva realidad. Qué bien que te devores eso libros de “piensa lo bueno y se te dará”, pero mientras la llama violeta te envuelve en prosperidad, recuerda que tienes cuentas por pagar y contra eso no hay brujo o chamán que valga.

Las cosas no se hacen por dinero: Sé que en este punto me estarás llamando loco y pensarás que pierdes el tiempo con esta lectura, pero no. Cuando maximizas tus fortalezas y le echas un camión de “ganas” a tus proyectos, el dinero viene por añadidura. Steve Jobs afirmaba que a pesar de todos los cerros de millones de dólares que adornaban su cuenta bancaria, lo que motivó la construcción de todo ese emporio llamado Apple, no fue el lucro, sino su empeño en materializar su sueño. Se trata de ser pragmático en la acción, tener los pies en la tierra, pero con el corazón y las fuerzas enfocadas a lo que realmente te gusta hacer. Nadie tiene éxito en algo que no le gusta.

La inteligencia factura más que la fuerza bruta: En mi infancia, un amigo italiano tenía un cartel en su negocio que decía: “Si el trabajo diera plata, los burros tendrían chequera”. Trabajar duro no significa echar pico y pala. Recuerda que Bill Gates es un tipo flaco y sin musculatura, pero tiene una empresa que factura más que todos nosotros juntos. Busca nichos de mercado, formas ingeniosas de hacer lo que otros hacen. Identifica necesidades que incluso puedan aflorar por la misma crisis. En resumen, dale la vuelta a la tortilla y en las próximas vacaciones, procura internarte en las Islas Fiji y no en el manicomio.
Y a ti ¿Qué otro consejo se te ocurre para hacerle frente a la crisis?

Photo: Juan Barreto/AFP/Getty Images

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