Son cada vez más las personas que se deciden a probar la marihuana legal justbob, según nos confirman en esta web, precisamente porque han tenido conocimiento de estas investigaciones o directamente han conocido la experiencia personal de quienes lo han probado.
Aunque son todavía muchas las dificultades con las que se topan los investigadores para poder experimentar con seres humanos, la propia Organización Mundial de la Salud ha reconocido que el CBD puede resultar un tratamiento efectivo para diversos problemas médicos. De los miles de artículos e informes que se han publicado sobre el CBD, la gran mayoría en esta última década, se pueden extraer algunas conclusiones definitivas sobre los ámbitos en los que el tratamiento con esta sustancia resulta efectivo. Hoy nos centramos en los tres usos más estudiados y extendidos del CBD. Una lista que con toda seguridad se va a ir ampliando en los próximos años.
1. Mitiga los efectos de las variantes más graves de la epilepsia infantil
Es probablemente una de las aplicaciones más conocidas del CBD y de las que hay mayores datos sobre su eficacia. Hablamos de enfermedades como el síndrome de Dravet, de West o de Lennox-Gastaut. Los niños que sufren estas inhabilitantes formas de epilepsia pueden llegar a los 100 ataques diarios, lo que les impide llevar una vida mínimamente normal. Con las medicaciones convencionales la cosa no mejora mucho, ya que se trata de fármacos tan potentes que acaban postrando a estos pequeños en una silla de ruedas o sumiéndoles en un estado de somnolencia permanente.La mejoría que experimentan es tan indiscutible que ha llevado a la estricta FDA (Administración Federal de Alimentos y Drogas) a aprobar por primera vez un medicamento derivado de la marihuana. Se trata del Epidiolex, un aceite a base de cannabidiol que reduce más de un 40% el número de ataques epilépticos en niños con Lennox-Gastaut y Dravet. Y, las investigaciones en este ámbito sólo están en sus inicios.
2. Para luchar contra las adicciones
Curiosamente el CBD que tanto recelo genera entre algunas personas porque se extrae de la marihuana, es un arma eficiente para combatir determinadas drogodependencias y comportamientos adictivos. Existen bastantes investigaciones al respecto, como la publicada en 2015 en la revista Substance Abuse: Research and Treatment. Desde el tabaquismo al alcoholismo, pasando por el consumo de opiáceos o benzodiacepinas, el cannabidiol es una gran ayuda para sobrellevar el síndrome de abstinencia. Se ha demostrado que no sólo reduce la ansiedad, sino que disminuye el dolor y la inflamación que se asocian a la etapa de desenganche de cualquier sustancia.3. Aceite de CBD para aliviar la psoriasis
En general son bastante conocidos los beneficios que el CBD aporta para el cuidado de la piel. De hecho, es en la industria cosmética donde se está produciendo una de sus mayores áreas de implantación. Las grandes firmas de belleza ya lo incorporan de forma habitual como ingrediente principal de sus sérum o cremas faciales. También, se sabe de los efectos positivos que el aceite de CBD tiene para tratar el acné. Sin embargo, es menos habitual citar el papel crucial que va a tener en el futuro para las personas que padecen psoriasis.
Esta enfermedad de la piel es, además de molesta, traumatizante porque es muy visible lo que puede acabar acomplejando a quienes la padecen. Una patología del sistema autoinmune y de origen genético que se agrava cuando confluyen determinados agentes externos tan dispares como el frío, el estrés o ciertas medicaciones. Lo que sucede es que la piel regenera sus células de forma mucho más rápida (cada 5 días en lugar de 30 días que es lo normal). Este crecimiento desmesurado provoca la descamación, picores y enrojecimiento característicos de la psoriasis. El aceite de CBD aparece en numerosos estudios como potencial tratamiento por sus propiedades antiinflamatorias y antiproliferativas, unidas a la falta de secuelas adversas. Una noticia esperanzadora para estos enfermos.
El aceite de CBD es un “todoterreno” en palabras de quienes han estudiado sus efectos, que destacan la capacidad del cannabidiol de adaptarse a las situaciones a las que se enfrenta. Más que una medicina o un analgésico al uso, debe considerarse un adaptógeno, regulador y modulador. Esta potencialidad exige que las autoridades médicas se tomen aún más en serio las investigaciones sobre sus aplicaciones. Porque lo que es ya imparable es el efecto expansivo que generan las experiencias positivas de las personas que se tratan con este producto