Vecinos

Todos los que vivimos en la ciudad sufrimos a causa de este espécimen.
Por suerte , a mi lado no vive nadie, por lo que ese flanco lo tengo despejado. Pero si tengo vecinos arriba y abajo.
Mis vecinos de abajo son gente rara, pero bueno, eso no es lo importante.
Estos en particular no hacen mucho ruido. Discuten de vez en cuando y ponen la música alta de vez en cuando, pero no es algo especialmente destacable. Lo insufrible de esa casa es su afición a fumar. No fuman tabaco normal, que es desagradable (no soy fumadora), fuman María. En cantidades ingentes. Tan ingentes que me ahuman la casa. TENGO NIEBLA DE MARÍA.
En ocasiones no sé si quejarme o disfrutar, que es gratis.
Mis vecinos de arriba es otra historia. Tienen dos niños asilvestrados que corren por la casa, juegan a futbol, chillan, se insultan, lanzan muebles... unos benditos vamos. Pero su madre no es mejor. Chilla, chilla mucho, te enteras de absolutamente todo lo que está diciendo, tacos y juramentos incluídos. Hay veces que prefiero que jueguen a fútbol a que su madre les regañe.
Es una señora que tiene una proyección de voz sobrehumana. no sé si la oigo mejor, en su casa, por las escaleras o en la calle, pero me entero de todo.
El lado positivo, es que cuando se me olvida poner la alarma me despierto igual, porque TODOS los días, fines de semana y festivos incluídos, a las 8 de la mañana suelta su clásico "Me cago en Dios" y pone la aspiradora. No hay peligro de que no llegue a tiempo a dejar a mi hija en el colegio.