En este post deseo comentarles algo que me ha venido ocurriendo desde hace algún tiempo, por lo general todos nosotros y me incluyo, cuando algo no sale como lo habíamos planeado, nos pegamos un bajón anímico y peor cuando esta situación se vuelve repetitiva, bueno en mi caso esto fue lo que me había estado sucediendo y por más vuelta que le daba al asunto no encontraba solución al mismo, pero no sé por que ni como, pero después de batallar por tanto tiempo tratando de encontrar el camino para ver la luz, un día me levanté con una tranquilidad que me resultaría difícil poder explicarla con palabras, simple y sencillamente era como que si algo dentro de mí se hubiera cansado y ya no había susto, ni intranquilidad, así que salí a trabajar como suelo hacerlo cada mañana, pero mi mente estaba tan apacible que se me vino una idea a la cabeza y decidí que en ese día no iba a preocuparme por nada, ni me iba a importar los comentarios que me hicieran, ni me iba a molestar por pequeñeces y las cosas empezaron a cambiar, como por arte de magia, los negocios mejoraron, todo salía con una facilidad que ni yo mismo sabría explicarlo, bueno y así seguí, para mis adentros temía (cuando no , el bendito temor) de que al día siguiente resultara tal como los días anteriores, esa duda asaltó mi mente pero traté de emular el comportamiento anterior , me costó hacerlo, no fue fácil pero lo conseguí, el resultado un día bueno, no excelente, pero después de esta experiencia cada vez que mi mente empieza a dudar traigo el recuerdo de aquel día lleno de calma y paz tanto mental como física y te lo digo todo empieza a salir de maravillas.
Por ello si me permiten me agradaría poder comunicarles las conclusiones a las que he llegado:
Cuando se hace el esfuerzo consciente por mantener la calma y no dejar que nada ni nadie estropee aquella paz, todo empieza a salir de maravillas.
Fuente: este post proviene de Blog de ahoralevantate, donde puedes consultar el contenido original.
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