Para evitar caer en esta lesión tan frecuente, lo más importante es prevenirla además, claro está, de respetar los plazos de descanso cuando la suframos para evitar que se convierta en una molestia crónica de la que no nos podamos deshacer.
Estas tendinitis, suelen venir porque superamos la resistencia que puede soportar nuestros tendones, algo que es más fácil hacer cuanto mayores nos hacemos ya que los tendones pierden elasticidad con el paso de los años, por lo que levantar excesivo peso o realizar demasiadas ejecuciones pueden desembocar en lesión con gran facilidad.
Para ellos, lo más importante es realizar un calentamiento completo sobre la zona que vayamos a trabajar para conseguir una mayor temperatura y circulación sanguínea para que los tendones vayan ganando progresivamente en elasticidad y puedan soportar sin problemas el trabajo posterior. Pero no se queda aquí, ya que tendremos que prestar mucha atención a la hora de entrenar, ya que la ejecución debe de ser la correcta, sobre todo cuando levantamos peso para que el tendón no sea el que soporte el esfuerzo y se dañe.
Con estos consejos debería de ser suficiente para evitar caer en esta incómoda lesión, pero si por cualquier motivo la tendinitis hace acto de presencia, el calor y el frío se convertirán en nuestros grandes aliados. El primero al principio para conseguir el mismo efecto que el calentamiento, y el segundo al final para así conseguir reducir las molestias, pudiendo acompañarlo de algún antiinflamatorio para ayudar a nuestros tendones a recuperar el estado inicial.
Sigue leyendo un nuevo artículo en Depore y Salud: Tipos de estiramientos para el ejercicio físico