Un estudio de la Universidad de Plymouth de Reino Unido habría encontrado una forma: aplicar la Realidad Virtual. Karin Tanja-Dijkstra, directora de esta investigación publicada en la revista Environment and Behavior, apunta que "el uso de la realidad virtual en la práctica clínica es cada vez mayor, pero necesitamos evidencias rigurosas de que realmente mejore las experiencias de los pacientes. Nuestro trabajo demuestra que bajo unas condiciones adecuadas, esta tecnología puede ser empleada para ayudar tanto a los pacientes como a los profesionales".
El estudio contaba con 70 pacientes a los que se dividió en 3 tratamientos: el habitual, una experiencia de realidad virtual en una ciudad y otra con un paseo por la playa.
El resultado fue que el dolor y la ansiedad de aquellos que paseaban por la costa era mucho menor que el de las demás personas. La otra experiencia de realidad virtual, sin embargo, no produjo estos efectos.
La razón de este suceso es que no vale con entretener a la persona que está siendo tratada. Hay que llevarla a un entorno de relajación. No hace falta irse a una isla paradisíaca pero sí a un entorno natural donde el individuo se sienta cómodo.
Además, estas personas volvían a la clínica con más predisposición, mientras que las personas que vivían la experiencia urbana o el método habitual se mostraban con menos ganas de regresar.
No es la única forma en la que la realidad virtual y la realidad aumentada ayudan a la medicina o la salud. Existen algunas otras en las que estos avances son útiles, como estos 3 ejemplos:
- Tratamiento para el Alzheimer y posible método de detección de riesgo de padecerlo. Un estudio alemán aseguraría que es posible detectar el riesgo de padecer esta enfermedad por la interacción de un individuo con un entorno virtual. A su vez, se usa como técnica para mejorar las capacidades del paciente, mostrándole imágenes del pasado.
- Tratamiento contra las fobias. Son varios los proyectos como Phobos, en los que el paciente con alguna fobia se enfrenta a su miedo de forma virtual. El objetivo es tratar de reducir los niveles de estrés. Algunas psicólogas, como Mariana Samper, ya usan estas técnicas y aseguran que son eficaces, sin grandes costes y con la capacidad de poder controlar perfectamente el entorno en el que los pacientes se mueven.
- Tratamiento para el autismo. Este es el caso del proyecto Savia de la Universidad de Valencia. En estas experiencias se pone a las personas que sufren de autismo en las situaciones que les son complicadas, primero, en realidad virtual para después intentar superar el reto en la vida real.
Como se puede ver, la tecnología también avanza a favor de la ciencia, ¿qué os parecen estos tratamientos con realidad virtual?