No hay que ver para creer, hay que creer para ver
Que la luz y el amor te envuelvan para que puedas re-conectarte con lo que realmente eres, un ser de luz lleno de amor para ti y para los demás...
Si te dejas arrastrar por tus creencias, las creencias no son más que sentimientos adoptados a lo largo de la vida y que por alguna razón o motivo te enfocaste en una situación e hiciste tu propio razonamiento, ya sea para bien o para mal, eso no quiere decir que la situación fuera mala pero tú te la tomaste con que si lo era, porque en ese momento esa emoción se almacena en forma de energía en tus células y cada vez que ocurre una situación parecida, hay millones de situaciones que te han pasado y muchas reacciones que pueden afectarte, porque cuando ocurre una situación en la que existe una reacción negativa, el cerebro busca entre tus recuerdos alguna que sea parecida y cuando la encuentra, el hipotálamo se dispara e informa a las células de tu cuerpo que se preparen para la situación de estrés que se avecina.
Si hubiera sido un recuerdo maravilloso el hipotálamo no se dispara, pero al ser algo negativo sí, y de esta forma tu cuerpo entra en un estado de estrés que mantenido y sostenido durante mucho tiempo, se convierte en estrés fisiológico, es una energía acumulada en las células, y al tenerlo en acción durante largos periodos de tiempo, este mismo estrés hace que te enfermes física, mental, emocional o espiritual o las cuatro cosas a la vez.
¿No sería maravilloso poder encontrar, abrir y sanar todas estas creencias y cambiarlas por unas de positivas?
Las creencias negativas no se deben eliminar, sino que se deben cambiar a unas creencias positivas porque las creencias que has ido acumulando seguramente ya no te sirven de nada en el ahora, por lo que deben ser cambiadas y si lo haces tu vida cambiará por completo
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