Este tipo de trastorno suele darse acompañado de sudoración, náuseas, vómito y, en casos extremos, pérdida de audición o ruidos en el oído. El tratamiento para esta dolencia depende en cada caso del tipo de vértigo que se dé.
El oído interno, principal implicado
El Dr. Herminio Pérez Garrigues, secretario de la Comisión de Otoneurología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial, explica que “la naturaleza de esta dolencia puede ser variada. El vértigo es un síntoma y puede deberse a distintas causas, que a su vez pueden actuar sobre distintos lugares del organismo. La mayoría de veces es por alteraciones en el oído interno”.Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, el problema se presenta por una alteración en el oído interno, debida a un virus, a un trastorno vascular o a un trauma (golpe).
El sistema del equilibrio
En el oído interno está formado por tres elementos: el vestíbulo, la cóclea y tres canales semicirculares. Estos últimos elementos son los encargados de enviar información al cerebro sobre la posición del cuerpo en el espacio.Estos tres canales están dispuestos en tres planos de noventa grados, uno respecto de los otros. El interior de cada uno de ellos está anegado por un líquido, y al mismo tiempo, contiene unos receptores microscópicos, con forma de pelitos, que transmiten información al cerebro sobre la posición de la cabeza.
Este sistema actúa de la siguiente manera: cuando se mueve la cabeza, el líquido del interior de los canales semicirculares también se mueve. Éste estimula los receptores que, a su vez, envían información al cerebro sobre la posición del cuerpo. El cerebro toma las acciones pertinentes para no perder el equilibrio.
Diferentes tipos de vértigos
El Dr. Pérez Garrigues afirma que "existen diferentes tipos de vértigos: posicional, enfermedad de Menière, neuritis vestibular, vértigo migrañoso". Y añade que "son más frecuentes en mujeres en edad media de la vida".Cada tipo tiene un tratamiento concreto. El vértigo posicional se produce al realizar un movimiento brusco o violento, como por ejemplo, levantarse rápidamente de la cama, o mover la cabeza repentinamente. El problema es la existencia de restos calcáreos en alguno de los canales que genera sensaciones de movimiento.
La enfermedad de Menière se produce por una alteración del líquido en alguno de los canales, ya sea debido a un exceso o a un problema de reabsorción del mismo. Para su tratamiento se recomienda una dieta baja en sal con el objetivo de eliminar líquidos.
En la neuritis vestibular, los vértigos se producen por una infección de tipo viral en el nervio vestibular, encargado de conducir la información al cerebro sobre los movimientos de la cabeza. El tratamiento suele ser mediante fármacos.
Agradecimientos a Dr. Herminio Pérez Garrigues, secretario de la Comisión de Otoneurología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial