Qué puedes hacer cuando el miedo te paraliza



Este es en post invitado escrito con mucho cariño por Ana Costa, del blog zonamindful.com Puedes acceder a su nuevo curso gratuito, Aprendiendo a Parar aquí. Ana nos trae la primera parte de un artículo muy completo sobre las distintas técnicas que existen para que no te paralice el miedo. Algunas son muy creativas y poderosas. Desde luego, pienso ponerlas en práctica la próxima vez que sienta miedo.


Primera parte

Lo sé. El miedo es muy poderoso. Yo misma lo he sufrido muchas veces y me he quedado completamente bloqueada por su causa, en momentos muy importantes de mi vida. ¿Te ha pasado a ti también? Me imagino que, si estás leyéndome ahora, seguramente sí, ¿verdad?

No he hecho un estudio al respecto y, ni siquiera sé si existe, pero, estoy convencida de que, la causa principal de que las personas no lleven adelante sus proyectos y no persigan sus sueños, es, sin duda, el miedo.

Lo podemos camuflar de otras cosas: no tengo tiempo, ahora no es un buen momento, cuesta demasiado dinero, necesito prepararme mejor, me faltan herramientas, ahora no puedo, pero ya lo haré, etc., etc., etc., pero, seguro que si lo miramos de frente, con sinceridad y de manera profunda, detrás de todo eso que nos decimos, probablemente esté el miedo,

María lo explica muy bien en este artículo.

Sentir miedo es algo consustancial al género humano y, lo queramos o no, forma parte de la vida

Envía Tweet

El lado positivo del miedo

El origen del miedo tiene que ver con nuestra supervivencia como especie. Nuestro mecanismo de alerta nos avisa de los peligros que nos acechan y, sentir miedo es el recurso de supervivencia que pone en marcha nuestro cuerpo para que tomemos precauciones y nos protejamos frente al peligro.

De hecho, no sentir nunca miedo, bajo ninguna circunstancia, podría llegar a poner en riesgo nuestra vida. Hay casos de personas que, por una rara enfermedad neurológica, han eliminado esa alerta de su cerebro y son capaces de realizar las acciones más temerarias y peligrosas, poniéndose al borde de la muerte continuamente, por ese motivo.

Es decir, que sentir miedo no es malo en sí, sino todo lo contrario: nos protege frente a los peligros que se nos presentan.

Sentir miedo no es malo en sí, sino todo lo contrario: nos protege frente a los peligros

Envía Tweet

Ahora bien, coincidirás conmigo en que, una cosa es sentir miedo en circunstancias extremas en las que, lo que puede separar la vida de la muerte, es una simple decisión, y, otra muy distinta, sentir miedo en situaciones cotidianas, en las que no existe ningún peligro real que lo explique.

La mayoría de las veces, (y, por supuesto, hablo de nuestra sociedad occidental, en la que tenemos la fortuna de vivir en paz y gozar de un entorno seguro), el miedo que sentimos no viene provocado por ninguna situación peligrosa importante. Más bien al contrario. De hecho, si los miramos objetivamente desde fuera, la mayoría de nuestros miedos actuales, pueden resultar incluso ridículos y absolutamente infundados. Y, ojo, con eso no quiero decir que el miedo que sientes no sea importante, ¿eh? Hay que estar ahí, en tu situación, y saber todo lo que te supone y te comporta, antes de opinar. Si algo te da de verdad mucho miedo, sin duda, es porque tienes tus motivos y, seguro que son muy importantes para ti. Pero, estarás conmigo en que es algo que sabes que te paraliza y que te gustaría que no sucediera, ¿verdad?

Cuando el miedo resulta injustificado

Y entonces, ¿por qué sentimos tanto miedo innecesario, o injustificado? Los motivos de por qué eso es así, son muchos y daría para otro artículo explicarlos con detalle.

Sin embargo, sí te diré que tiene que ver con la educación recibida, con nuestro desarrollo social y con las primeras interacciones que hemos tenido con otros. De alguna forma, en determinadas situaciones nos hemos sentido inseguros, inferiores o poco valiosos, y hemos aprendido a temerlas y a ponernos en guardia frente a ellas.

El miedo tiene que ver con la educación recibida, tu desarrollo social y tus primeras interacciones

Envía Tweet

Eso hace que, cuando ese tipo de situaciones se repiten, nuestro cerebro quiera protegernos de esas emociones desagradables y, por ese motivo, se desencadena la respuesta de miedo que es aprendida, automática y, a menudo, inconsciente y, como muy bien sabes, es muy difícil de controlar y nos puede poner en verdaderos apuros.

Ya lo sé. Se pasa muy mal y, en esos momentos desearíamos desaparecer. Estoy segura de que, muchas veces, daríamos lo que fuera por no sentirnos así y haríamos cualquier cosa por poder cambiarlo, ¿verdad que sí? Pero es algo muy difícil de controlar y, por ese motivo, nos hace sufrir mucho.

¿Te gustaría saber qué hacer en esas desagradables circunstancias?

Pues precisamente de eso es de lo que vamos a hablar ahora, si te apetece acompañarme.

Cómo funciona el miedo

Pero, antes de empezar, quiero hacerte caer en algo de lo que, quizás, no te habías dado cuenta, y es que nuestro evolucionado cerebro humano, muchas veces, nos pone en problemas, algo que no le sucede al resto de las especies. Evidentemente, eso es así, porque el objetivo número uno de nuestro cerebro es proteger nuestra vida y, por si acaso, la alerta se dispara siempre, ante cualquier estímulo peligroso, sea del tipo que sea

¿Quieres que te lo demuestre? Pues te pongo un simple ejemplo:

Si ahora mismo, se te presentara delante de ti un enorme león salvaje, hambriento y enfurecido, sin duda, sentirías miedo por tu vida, y en tu cuerpo se desencadenarían todas las respuestas que ello comporta, ¿verdad? (taquicardia, sudoración, rigidez muscular, repuesta de huida, etc., etc.).

Pero, ahora imagínate que ese león no es real, sino que solo está en tu imaginación. Lo imaginas con todo lujo de detalles, pero solo está en tu mente. ¿Y qué ocurre ahora? ¡Exacto! Las respuestas de miedo que se desencadenan en ti son exactamente las mismas.

Es decir, que, a la hora de prepararte para una respuesta que te proteja frente a un peligro, tu cerebro no distingue lo que es real de lo que es imaginario, ¿comprendes? Y eso significa que, muchas veces, tu miedo es infundado y se dispara frente a algo que solo está en tu mente, aunque tú lo sientas exactamente igual que si fuera real.

El peligro real e imaginario tienen la misma reacción en nuestra mente y cuerpo

Envía Tweet

Y precisamente eso es lo que sucede con nuestros miedos infundados: los sentimos como reales, y no podemos evitar reaccionar a ellos, como si fueran de verdad.

Frente al miedo, surgen 3 posibles respuestas:

1) Evitar la situación o circunstancia que nos provoca miedo:

Ello conlleva que modifiques tu vida en función del miedo, para no sentirlo. Pero, hacer eso continuamente, además de resultar agotador, termina complicándote muchísimo la vida, porque reconocerás que no puedes estar siempre evitando todo lo que te asusta. La energía y el desgaste que eso supone te puede traer muchos problemas, incluso de salud.

2) Huir de esa situación o circunstancia

De esta forma, conseguimos que desaparezca la situación que nos provoca miedo, pero, éste no se resuelve y se volverá a presentar, cada vez que nos volvamos a encontrar con una situación similar. Esta respuesta es adecuada, si está en juego tu vida, pero, en el caso de los miedos infundados, igual que en el supuesto anterior, no puedes pasarte la vida huyendo de todo lo que te asusta, sin consecuencias negativas para ti. Una vida de continua huida, al final no es vida, ¿no crees?

3) Afrontar el miedo

Por supuesto, refiriéndome al miedo infundado que solo está en tu mente, ésta es la respuesta más sana y beneficiosa para ti. Puede ser que cueste o que no lo consigas, sobre todo al principio. Pero, poco a poco, si tienes paciencia y persistes, tu miedo disminuirá y terminará siendo mucho más llevadero y menos amenazante para ti.

Técnicas y ejercicios para afrontar el miedo

Para que te resulte más fácil afrontar tus miedos, te propongo algunos ejercicios que, estoy segura de que pueden ayudarte mucho.

Todos se fundamentan en la misma premisa: si rechazas y niegas tu miedo, éste se hará más fuerte y resistente y será más difícil superarlo. La única solución para poder afrontar tu miedo de una manera sana y eficaz, es aceptando que lo sientes. Sólo a partir de esa aceptación, podrás empezar a afrontarlo y, finalmente, superarlo.

No intentes combatir tu miedo, porque se hará más fuerte. En su lugar, acéptalo, hazte amigo de él y te sentirás más capaz de afrontarlo.

Envía Tweet

¿Y cómo puedes hacer para aceptar y afrontar tus miedos?

Pues te doy algunas ideas, a ver si te ayudan:

Para los miedos que te paralizan a la hora de tomar decisiones

Busca un lugar tranquilo y resérvate unos minutos en los que sepas que nadie vaya a interrumpirte.

Siéntate en una postura cómoda y relajada.

Apoya los pies en el suelo, pon las manos sobre tu regazo y mantén tu espalda erguida, pero, no tensa.

Cierra los ojos y realiza unas cuantas respiraciones profundas para centrarte en este momento.

Ahora, piensa en una situación pasada en la que hayas sentido mucho miedo. Intenta recordarla, lo más fielmente que puedas. Revívela ahora mismo, con todo lujo de detalles, como si te estuviera sucediendo de verdad en este momento.

¿Puedes recordar qué cosas te decías exactamente? ¿Qué era lo que te pasaba por la cabeza en esos momentos? ¿Qué pensabas? ¿Y tu cuerpo cómo reaccionaba? ¿Qué sensaciones físicas concretas sentías?

Intenta rememorar todos los detalles, uno por uno, como si ahora mismo estuvieras viviendo de nuevo esa situación. No te preocupes, no hay nada que temer: todo está solo en tu mente y no corres ningún peligro. Sólo estás imaginando.

No huyas de eso y siente tu miedo plenamente, sin ninguna restricción.

Ahora, coge papel y bolígrafo y empieza a escribir y decide cuál de los siguientes ejercicios te apetece hacer, o cuál te puede ayudar más en estos momentos:

Describe tu miedo y tus sensaciones con todo lujo de detalles, sin dejarte nada:

Te puede ayudar observarlo desde fuera, de forma objetiva, como si no fueras tú la que lo está sintiendo, sino otra persona. Intenta observar todo lo que pasa por tu mente y todo lo que sientes en tu cuerpo y, después, escríbelo.

También, si te ayuda, puedes imaginar tu miedo como una cosa o ser y adjudicarle características físicas: ¿qué forma tiene? ¿Qué color? ¿Qué textura? Dotarlo de propiedades tangibles puede ayudarte a tomar distancia sobre él y a escribir mejor cómo es y cómo lo sientes tú.

Escríbelo todo con todo detalle y vuelca todas tus emociones en el papel.

Ponerlo por escrito, hace que lo elabores y lo proceses y, seguramente, después de hacerlo, perderá esa carga emocional que tiene y te sentirás mucho mejor.
El juego de la caja de los miedos

Como continuación de este ejercicio, te propongo un juego que también puedes poner en práctica con los más pequeños de la casa, el juego de la caja de los miedos.

Se trata de buscar una caja y de pintarla y decorarla a vuestro gusto con detalles alegres y vistosos, algo que, los más pequeños de la familia, sin duda, disfrutarán mucho haciendo. Y, si no tienes niños, recupera a esa niña alegre, creativa y juguetona que hay en ti, y ponte manos a la obra.

Una vez que la caja esté terminada, pondremos dentro todos esos miedos que hemos descrito tan bien en el paso anterior. Y, al hacerlo, nos diremos que no queremos que nuestros miedos nos impidan hacer cosas y ser nosotros mismos y, por ese motivo, los hemos recogido y los guardamos en la caja. De esta forma, somos nosotros los que controlamos a nuestros miedos, y no ellos los que nos controlan a nosotros.

El acto simbólico de guardarlos en la caja, representa el hecho de reconocerlos, identificarlos, aceptarlos y tenerlos bajo nuestro control.

Puede que alguna vez esos miedos se escapen de nuestra caja. Entonces, tendremos que buscarlos, revisarlos (es decir, reescribirlos) y volverlos a guardar. También, tendremos que hacer todo el trabajo de elaborar y escribir nuestro miedo, cuando surja alguno nuevo que no teníamos previamente identificado y guardado en nuestra caja.

Técnicas creativas para afrontar el miedo: La Caja de los Miedos. Perfecta para niños.

Envía Tweet

¿Qué te ha parecido este ejercicio? ¿Te ha gustado? ¿Crees que podría ayudarte? Pues, como me apetece que lo pruebes y que practiques un poco, y como, además, este artículo me estaba quedando demasiado largo (y también, de paso, quiero dejarte con la intriga…jejeje), de momento, lo voy a dejar aquí, hasta la próxima entrega, que, si no, serán demasiadas ideas de una vez y es mejor que puedas asimilarlas poco a poco.

Por favor, no dejes de contarme cómo te ha ido en los comentarios y, si te apetece, nos vemos muy pronto de nuevo por aquí, con más ideas y ejercicios que espero que te gusten y te ayuden mucho a afrontar tus miedos.

¡Yo encantada de volver a encontrarme otra vez contigo!

¡Ah!, y de paso, aprovecha para darle las gracias a María por su generosidad, al permitirme acercarme a ti por segunda vez. ¿Verdad que es un amor de persona? ¡Qué suerte poder contar con ella en este precioso blog que tan amorosamente ha creado!

¡Muchas gracias a María y a ti y hasta muy pronto!

¿Nos vemos en la próxima entrega?

Ana Costa es psicóloga positiva, especialista en mindfulness y crecimiento personal, formadora y autora de zonamindful.com, una zona libre de estrés en la que comparte recursos, y propuestas para liberarte del estrés, eliminar tus miedos y tu frustración y tomar el timón de tu vida para que consigas transformarte en la persona serena y feliz que deseas ser.  

Puedes seguirla en Facebook también.

The post Qué puedes hacer cuando el miedo te paraliza appeared first on María Mikhailova - Coaching Estratégico.

Fuente: este post proviene de Creando felicidad, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?
Esta información nunca debe sustituir a la opinión de un médico. Ante cualquier duda, consulta con profesionales.

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Recomendamos