Psicopíldoras #3#. "No sé decir que no a los demás"

Me siento muy agobiada desde hace un tiempo. Sé que los demás me aprecian y me quieren pero no soy capaz de decir “no” cuando me piden favores o ayuda, incluso cuando me invitan a algún evento al que no me apetece ir suelo acceder por miedo a que se ofendan. Alguna vez que lo he hecho se han molestado conmigo y me siento súper culpable, como si les fallara. Me gustaría saber cómo puedo resolverlo.

Lo que explicas tiene que ver con una falta de asertividad. Tienes muy en cuenta los deseos y derechos de los demás pero no los tuyos propios. Si no existe un equilibrio, siempre habrá malestar. Recuerda que el único amor incondicional en el que no se espera nada a cambio es el de una madre hacia su hijo. En las relaciones entre amigos de naturaleza simétrica, ¡No hay dar sin recibir! Y si es así, hay algo que no funciona.

En la mayoría de casos, las personas que temen no ser lo que los demás esperan de ellas, van aguantando hasta que el malestar por no reconocer sus propias necesidades se hace evidente y acaban por estallar. Lógico y normal. ¡Todos necesitamos cosas!

No es nada raro que los que te rodean se molesten e incluso adquieran un tono de desaprobación o exigencia cuando te niegas a algo. Piensa que están “mal acostumbrados” y no te ubican en un rol distinto al que has tenido hasta ahora, el de contentar a todos. Pero eso es sólo tu responsabilidad por haber ocupado un rol que no te corresponde, no la de ellos.

En ocasiones, la actitud de ayuda y complacencia se confunde con altruismo. Pero es importante aclarar este aspecto para que puedas rectificar tu actitud.

A menudo se trata de un falso altruismo ya que, en lo más profundo, a través de esta actitud lo que pretendemos es sentirnos necesitados e importantes.

Te pondré algunos ejemplos:

Cuando enviamos un mensaje para desear un buen día a alguien, puede que sea para despertar el interés en el otro. O cuando cogemos el teléfono a nuestro amigo aquella noche en que está desolado, puede que deseemos sentirnos importantes e imprescindibles en su vida. De esta manera nos aseguramos el ser queridos y que los demás permanezcan a nuestro lado.

Pregúntate: ¿Para qué necesito estar disponible para todos?

Si tu respuesta es para no defraudarles, para que me quieran o para asegurarme de que seguirán ahí, hay un tema que debes trabajar.

Tienes derecho a estar cansada, a no apetecerte esa cena e incluso a no estar disponible en el momento en que el otro más te necesita. No has venido a este mundo para socorrer a nadie y si fuera así, a la única persona a la que podrías socorrer es a ti misma.

Te sugiero que hagas un listado con las cualidades que valoran de ti los demás. Si en tu respuesta solamente aparece información sobre lo que das en lugar de lo que eres, ¡Cuidado! Ser empática, buena amiga, saber escuchar, estar ahí siempre y dar buenos consejos, recuerda que sólo son ofrendas.

Te invito a que eches un vistazo a uno de mis artículos en el que en clave de humor te explico las consecuencias de no dar una negativa a tiempo:

http://www.espaitau.es/las-5-peores-maneras-excusarte/

¡Mucha suerte!

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