Procrastinar

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Se acabó el 2019. Ha empezado 2020 y tienes un montón de cosas que te habría gustado terminar, y se han quedado sin hacer. ¿Por qué? Porque no has encontrado el momento de hacerlas Es jodido, pero real como la vida misma. Ahora resulta que eso tiene un palabro que es: procrastinar, que no lo habías oído en tu vida. Con este artículo se ha acabado para siempre lo “posponer”, porque te doy las claves para conseguirlo. Dejarás de procrastinar de una vez por todas, y empezarás a hacer las cosas al momento. ¿Te atreves a leerlo?

Lo primero es saber qué es el palabro: la definición de procrastinar ¡que parece casi un insulto!!! Pues nada de eso, según la RAE resulta que la palabra sólo significa: diferir, aplazar. Fácil, para lo complicado de pronunciar que resulta.

Y la palabra viene a decir: “dejar para mañana”, pero cuando ya es algo que haces siempre, como costumbre, y raya casi el trastorno del comportamiento psicológico. Porque te gestionas mal el tiempo, porque no tienes ganas de hacer eso en concreto y haces mil cosas antes, porque te mueres de aburrimiento para empezar Mil excusas que en este artículo te ayudo a cambiar, para que por fin puedas dejar de procrastinar y aplazarlo.

Y como premio: te vas a sentir mucho mejor, porque no mola saber que “tienes que hacerlo”, y sentirte súper mal por no empezar ¿No te ha pasado?

Agobio. Frustración. Ansiedad

Argg!!!!

¿Reconoces esa sensación?

No sólo te pasa a ti Es algo habitual que nos pasa a las personas, y hay un montón de artículos que lo dicen. Aquí te dejo uno, para que le eches un ojo cuando te dé pereza ponerte a hacer lo que te da pereza. Es broma.

¡Ojo! Que procrastinar no tiene nada que ver con la vaguería. ¡No vayas a pensar eso! Sabes perfectamente lo que tienes que hacer, lo bueno que sería hacerlo, pero no encuentras el momento de ponerte. Y empiezas a agobierte, a tener mal rollo empieza la ansiedad y el malestar, porque no te apetece nada ponerte, pero sabes que debería así que te buscas mil cosas (de las que no hace falta hacer ahora), y te pones con ellas antes de hacer lo que: “sabes que” tienes que hacer.

Miras Instagram. Echas un ojo al Facebook. Twitter. Vuelta a Instagram Porque las redes sociales enganchan, y lo sabes (hay estudios de este tema de hecho).

Así que, como te pones con esas otras “mil cosas”, de vaguería: nada. Si fuera un problema de vaguería, simplemente seguirías sin hacer nada útil, sin sentirte culpable. ¡Para nada!

¿Quieres solucionarlo de una vez por todas?

Pues lee este artículo y se acabará el problema para siempre. Fácil Y si luego decides no hacer algo, ¡será por vaguería!!!, Jajaja Porque tendrás las herramientas para solucionarlo.

Atrévete a hacerlo conmigo, y si ves que te cuesta conseguirlo después de leer este artículo, levanta la mano y te ayudaré personalmente.

¡Vamos a ello!!!

No dejes para mañana la fiesta que te puedas pegar hoy

Anónimo, y real

¿Qué aprenderás en este artículo?


¿Procrastinas?

Ciclo de la procrastinación.

Ansiedad – Incomodidad – Mal rollo

Haces otras cosas – Te distraes

Excusas – Te mientes

Consecuencias

Somatizas en tu cuerpo

Eres menos productivo

Pierdes el control

Te baja la autoestima

Aumenta tu ansiedad y el estrés

Claves para no procrastinar

Conclusión



¿Procrastinas?

No es un problema de que no sepas cómo gestionarte el tiempo Es un problema de cómo te sientes cuando tienes que hacer algo que no te apetece. Un tema de emociones que se soluciona con herramientas psicológicas, y en este artículo te doy las claves.

Todo lo que necesitas para controlarlo, y ¡triunfar! ¡Eres un winner en potencia!

Empecemos Ahora dime si te suenan estas frases:

Mañana sin falta empiezo.

Es súper difícil y no sé por dónde cogerlo ¡ya encontraré “el momento perfecto” para ponerme!

No suelo terminar las cosas que tengo que hacer se me acumulan y me pilla el toro.

Dejo para otro día lo que tengo que hacer.

No puedo dejarlo más. ¡Hay que ponerse! Bueeeeeno, voy a hacer antes otras cosas más divertidas

Joder, no sé por dónde empezar Ya lo pienso mañana.

Si te identificas con muchas de ellas, este artículo te va como anillo al dedo. ¿Ves lo que se repite? El mañana, las cosas divertidas que no están entre las que hay que hacer, el “otro día”, el pensarlo mañana, el “momento perfecto” , y el que al final: te pilla el toro.

Pues ataquemos ahí, en esos pensamientos que te sirven de excusa para no empezar con ello ahora mismo.

Para empezar, hay que entender por qué pasa, para atacar en la raíz.

¡Vamos!!!!!

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Ciclo de la procrastinación. Consecuencias

Como esto va de emociones y no de gestión del tiempo, lo primero es entenderlo.

Lo de no hacer en el momento las cosas pasa por tres fases.

1. Ansiedad – Incomodidad – Mal rollo:

Una vez que sabes lo que tienes que hacer, te das cuenta que no te apetece nada de nada. Argg!!! El “tengo que” te cae como una losa, y no tienes ganas de hacerlo.

Tengo que ponerme a planchar.

Tengo que ir al trabajo (ésta, ¡mejor que no la dejes para mañana!!!)

Tengo que llamarle

Te sientes mal. Ésa es la emoción que tienes, por la falta de ganas y lo mal que te hace sentir saber que tienes que hacerlo, y no ponerte.

2. Haces otras cosas – Te distraes:

Como te sientes como el culo, ¿qué haces para sentirte mejor? Pues te haces trampas al solitario: buscas otras cosas que te apetecen más y te dan menos pereza, y te pones con ellas.

¡Ale! Ya estás haciendo cosas, y te distraes de lo mal que te sentías hace un rato. Dejas de pensar en lo que no te apetecía hacer, y por un rato estás feliz ¡Que te lo crees tú!!! Ahí está el “run run” acechando, creándote una ansiedad que no sabes de dónde te viene.

¡A ver si te crees que el cerebro es tonto y se le engaña tan fácil!

3. Excusas – Te mientes:

Tratas de convencerte de que lo que estás haciendo era necesario y bueno para ti. ¡Já! Así tratas de que se calle el Pepito Grillo de tu conciencia que sabe que estás dando vueltas para no ponerte.

Mañana sin falta me pongo, que hoy no me noto inspirada.

Qué buena idea ha sido dejar la plancha para después, porque me pongo luego del tirón y lo acabo antes.

Si yo quería ponerme, pero era urgente contestar al mail del trabajo.

Ya mañana desde primera hora me pongo. Seguro.

Excusas y más excusas Sólo que tu cerebro no se las cree, y te crea esa ansiedad, desasosiego y malestar que sale luego por otros sitios. Dime, ¿te suena?

Consecuencias

Porque procrastinar no es gratis para tu cuerpo, ni para tu vida... Al final llegan las temidas consecuencias:

1. Somatizas en tu cuerpo: puede que tengas problemas con las digestiones, dolores de cabeza, duermas peor y no sepas de dónde viene.

2. Eres menos productivo y haces las cosas peor: Rindes menos y haces menos cosas de las útiles. Cuando la final no puedes demorarlo más y te toca hacerlo, como vas con la hora pegada al culo, lo haces peor de lo que podrías.

3. Pierdes el de control: porque dejes de creer en ti y en lo que puedes hacer, y pienses que ya no controlas tu vida.

4. Te baja la autoestima: Como no estás haciendo algo que sabes “que tienes que hacer”, te sientes fatal y tu autoestima se resiente.

5. Aumenta tu ansiedad y el estrés: sabes que tienes que hacerlo, y no lo haces y la idea se queda ahí. La espiral sube y puede acabar en ataques de ansiedad.

Pues ahora vamos a ver cómo solucionarlo que es súper fácil.

Claves para no procrastinar

Te doy dos opciones:

1. Una golosina ahora (premio inmediato)

2. Dos, si te esperas un rato (doble premio, pero con espera)

¿Qué eliges?

Pues el experimento de Mashmallow enseña que quien sabe esperar, tiene más éxito en la vida. ¿Por qué? Porque tener autocontrol es la base para conseguir los objetivos y llegar a las metas que te propongas.

Mejor esperar, no crees?

Vamos a las claves de cómo conseguirlo Están aquí:

1. Busca lo bueno:

Cuando estás pensando en lo que tienes que hacer, lo que no te apetece nada, busca los beneficios de hacerlo. ¿Para qué te servirá hacerlo? ¿Qué te pasará cuando lo acabes? ¿Hacia dónde te lleva? Ahí está la clave para empezar: buscar los beneficios.

2. Poco a poco:

Vale, sigues sin tener ganas ¡se te hace bola pensarlo! Pues “divide y vencerás”: piensa en el primer pasito que hay que dar. Sólo el primero. “Joder!, ¡no puedo con ello!!! Ni de coña puedo” ¿Y si sólo pensaras en lo primero? ¿Y si puedes y sólo hay que intentarlo un poco?

Ejemplo: tienes una pila de plancha. Piensa sólo en planchar el vestido que te mola. Después ya vamos viendo lo demás pero seguro que hay algo de la montonera que echas de menos poner: ataca ahí!

Otro ejemplo: tienes que ponerte a estudiar, y ni puñeras ganas de levantarte del sofá. Piensa sólo en abrir los apuntes y ponerlos en la mesa. Es poco, sólo el comienzo pero después ya pensarás en lo que será empezar por la parte que más te mola. Eh! Poco a poco Paso a paso, que ¡puedes con eso y con más!

Metas cortitas, por ejemplo: de 5 minutos sólo.

3. Planificación:

Porque si te agobias viendo todo lo que tienes que hacer, ni con los 5 minutos empiezas. Vale: si te coges un calendario y vas marcando cuándo vas a hacer la tarea, las cosas son más fáciles.

En época de exámenes seguro que tienes mil cosas que estudiar. Aquí puedes meterle más de 5 minutos, porque para enterarte de algo, tienes que echar un rato un poco más largo. Haz bloques de 25 minutos por ejemplo, con 5 de descanso (¡sólo 5!!!), y vas anotando qué vas a hacer en cada bloque. Los 25 minutos no son casuales, es el tiempo que puedes estar concentrado y asimilando. Sin agobios, dedícate un rato a planificarte los días de antes de los exámenes, con sus espacios para cañas y cafés que también hay que descansar. Hacerlo te va a bajar el nivel de ansiedad muchísimo, porque ya no te sentirás que estás vagueando cuando dejes de estudiar: estarás en tu tiempo de descanso.

Te recomiendo una app para medir los tiempos que a mí me ayuda mucho: método pomodoro. ¡Hasta te desconecta los datos del móvil para evitar que Instagram te llame! En ésta en concreto, puedes decidir el tiempo que pones para trabajar y para descansar, y te suena cuando ha acabado. Lo divertido es lo leeeento que pasa el tiempo de trabajar, y lo rápido que se pasan los descansos

Pues es así de sencillo sólo son tres pasos. ¡Échale ganas!!!

Es tu momento ¡Ve a por todas!

¿La carrera se te resiste? ¿Esas puñeteras oposiciones que parecen el infierno en la tierra?

Vale, haz la prueba conmigo: imagínate ahora que has acabado y tienes el título o tienes ya tu oposición aprobada. Cuando acabes, siendo el rey el mambo o la reina de la fiesta Con tu carrerita terminada, con la oposición aprobada va a molar mucho, tía mucho, mucho, tío. Empezarás a ser más dueño de tu vida, de tu economía, y ¡de tu tiempo!!!

¿Por dónde empezar? Pues piensa sólo en el siguiente paso: el tema que vas a terminar de empollarte. Sólo en ése. Despliega los apuntes por la mesa, y coge las hojas de sucio para empezar a empollar. Sin estrés y enciende el temporizador del Pomodoro. Te vas a poner 25 minutos de reloj: sólo 25, y sabiendo que después tienes 5 de descanso.

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¡Venga! ¡Tú puedes! Cuando acabes los primeros 25 minutitos (que habrán sido una eternidad), descansas los 5, y otra vez. Cuanto más lo hagas, menos cuesta arriba se hará. Así funciona nuestro cerebro: al principio cuesta mucho más que después. Verdad – verdadera.

Sin perder el aliento, hasta que acabes lo que sabes que tienes que empollar hoy Que lo sabes.

¿Y después qué? Como premio por el trabajo bien hecho, con el alma más tranquila ya, te coges el calendario, y anotas qué vas a estudiar cada día durante la siguiente etapa. Puede ser una semana, un mes o lo que tú decidas como “tu plazo”. Planifica qué temas vas a mirar cada día de ese plazo que t has puesto. Sin agobios, que las dos sabemos que puedes ser realista. Marca también los días de cañas, las fiestas con amigos, el café y los cigarros que te vas a fumar.

Así que, el calendario no puede ser la muerte tiene que ser algo realista y que no te den ganas de hacer una bola de papel con el calendario, y ¡mirar hacia otro lado!!! Es tu plan, el que tú te marques.

Siempre puedes cambiarlo para meterte más caña o relajar el ritmo si te está agobiando. Es tu compromiso personal contigo mismo. Nada más. Y no “se vale hacerse trampas al solitario”, y no cumplirlo.

¿Qué flaqueas? Pues te vuelves al primer punto donde te imaginabas súper happy de la vida con tu carrerita terminada o tu oposición aprobada.

Todo fácil. A tu ritmo y con tus descansos, sin renunciar a las cañas con los colegas, ni a las noches locas. Sin sentirse mal por estar tirado pensando en lo que tendrías que haces y no haces: estás en tu tiempo de descanso, porque te lo has marcado en el calendario.

Y esto vale para la oposición, para la montonera de plancha, para limpiar los baños, para el curro para todo lo que no encuentras el momento de hacer.

Procrastinar no es sano para tu cuerpo, y puedes dejar de hacerlo en cuanto quieras sólo tienes que planificarte, y tirar de ti desde las emociones positivas que te despierta pensar en el final, en el éxito, en el beneficio que conseguirás cuando lo acabes.

Una peina para el trabajo que se deja atrás! ¡Lo lograste!!!

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¿Empiezas conmigo? Es el momento de levantarse del sofá y de ir a por todas.

Conclusión

Ya tienes las tres claves para dejar de procrastinar. Sólo tenías que buscar la parte buena de lo que tanta pereza te da hacer, empezar por lo que más te apetezca e ir poco a poco, y aprender a planificarte, tirando de herramientas chulas como el método Pomodoro.

La de tiempo que llevabas esperando tener la forma de dejar la pereza a un lado, y era súper fácil.

¿Qué te ha parecido?

¡Vamos a ello! Quiero que te cojas ahora mismo lo que más pereza te da, lo que te está paralizando y te hagas una lista con las cosas buenas que tendrás cuando acabes.

¡Adelante! Te acompaño en este camino, que pasito a pasito, te lleva al éxito. Lo tienes al alcance de la mano ¡desde ya!

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Fuente: este post proviene de Ana Llorens - Psicologia online, donde puedes consultar el contenido original.
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