Perder peso o perder volumen, ¿qué me está pasando?

Pensamos perder peso y perder volumen es lo mismo, pero no lo es. Perder peso no implica perder volumen. Al revés tampoco, podemos estar viéndonos más delgadas al espejo, pero la báscula no se mueve en absoluto.

Peso y volumen son dos medidas que están relacionadas, por supuesto, pero dependen muchos factores. 

La composición corporal importa mucho. 

El peso nos puede decir la cantidad de hueso, músculo y grasa que tenemos en total, pero cada uno de estos elementos no se encuentra en la misma cantidad y por ello es necesario considerar el volumen, es decir, cuánto hay de cada uno. 

Es difícil para nuestra mente manejar ambos conceptos simultáneamente y por eso es más cómodo hablar de densidad, es decir, de la relación entre el peso y el volumen. A mismo volumen, lo más pesado será más denso; y viceversa: a mismo peso lo más voluminoso será lo menos denso. Así, los huesos son el componente más denso de nuestro cuerpo, seguidos de los músculos, mientras que la grasa es el componente menos denso.

Dicho de otra manera: a poco que aumentemos la cantidad de músculo veremos que el peso aumenta, aunque el volumen lo haga poco. En cambio, si aumentan nuestras reservas de grasa el peso varía menos, pero el volumen cambia muy apreciablemente.

Por eso, es perfectamente posible que la báscula no se mueva, pero la forma de tu cuerpo haya cambiado. Es algo que verás muy bien si empiezas a hacer deporte: tu forma cambiará, empezarás a tonificarte incluso, pero no perderás peso al principio, incluso puedes estarlo ganando.

¡Eso es que estás haciendo bien las cosas! Así que sigue por ese camino. 

Tu objetivo con la dieta es perder grasa. 

Si es así, eso significa dejar de mirar la aguja y empezar a confiar más en el espejo. La alimentación es fundamental para conseguir este objetivo, y desde Lev sabemos hacerlo. Sin embargo, el deporte es también fundamental porque necesitamos ganar músculo por dos motivos.

El primer motivo es que el ejercicio es una forma estupenda para quemar calorías, es decir, para comenzar a utilizar esas reservas de grasa que queremos perder. Si, además, nos alimentamos manteniendo un déficit calórico esta movilización será más evidente.

El segundo motivo es que este músculo nos ayudará a mejorar nuestra postura, evitando dolores de espalda, hombros, o cualquier otra articulación.

Sí, estos beneficios no irán acompañados de cambios en tu peso, pero ahora ya sabes que tu cuerpo está cambiando a mejor y no es importante esa cifra. De hecho, nos gustaría acompañarte en tu cambio, ¿te animas? 

Pide cita gratuita en tu Centro Lev más cercano para hacer la primera evaluación. 

Fuente: este post proviene de lev, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?
Esta información nunca debe sustituir a la opinión de un médico. Ante cualquier duda, consulta con profesionales.

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

lev

No siempre podemos acudir a un gimnasio, bien porque nuestros horarios no lo permiten, la distancia o, sencillamente, no nos parece la mejor opción para nosotras. En estos casos podemos pensar que la ...

lev

Hacer ejercicio en día fríos es una idea muy interesante si quieres mejorar tu figura porque vas a aprovechar todas las ventajas de ambas situaciones: deporte y frío. Hay estudios bastante recientes ...

lev

Aunque desde finales de diciembre ya se nota que los días son más largos, lo cierto es que estamos en pleno invierno y aún quedan unas cuantas semanas hasta recibir a la primavera. Así que la pregunta ...

lev

El peso puede ser uno de los problemas que dé origen a la infertilidad. Hay estudios, por ejemplo, que demuestran que mujeres con trastornos de la alimentación como la anorexia tienen el doble de difi ...

Etiquetas: FitnessNutrición

Recomendamos