Si octubre ha resultado un mes con una energía intensa, vibrante y poderosa, de profunda cosecha, noviembre se nos presenta evocador, entrañable y con un cierto regusto pausado de recogimiento.
Sin embargo, la actividad no cesa, el aprendizaje es continuo y las propuestas siempre interesantes y maravillosas.
En Proyecto Analea seguimos practicando la diversidad, el compartir, la colaboración y la tolerancia para un sentir más consciente, cada uno en su recorrido y cada uno en su propio proceso vital.
Gracias una vez más por la riqueza de oportunidades que nos brinda existir!!!