Medicina para todos: efectos secundarios y reacciones adversas

No es lo mismo una reacción adversa que un efecto secundario. Aprende a distinguirlos.

Los fármacos no sólo nos aportan el efecto para el cual han sido diseñados si no que la mayoría de veces nos provocan uno o más efectos secundarios: veamos la diferencia entre efectos secundarios y reacciones adversas.

Efecto secundario

El efecto secundario siempre es involuntario y se presenta con las dosis que normalmente se utilizan en un tratamiento. Es decir, a dosis normales de medicación pueden aparecer efectos secundarios, así que no se debe a una sobredosis.

Todos los medicamentos tienen efectos secundarios a los que la gran mayoría de veces tenemos que acostumbrarnos ya que es la principal patología que se debe combatir.

Ahora veremos qué quiero decir con ello.

Los efectos secundarios están relacionados con las propiedades del fármaco: por ejemplo, los antiinflamatorios bloquean las COX 1 y 2 (COX = ciclooxigenasa) reduciendo así las prostaglandinas; esto aumenta la posibilidad de irritación gástrica debido a la disminución de la mucosidad, y por eso pueden causar gastritis; también la xerostomía anticolinérgica es un efecto secundario.

Otro ejemplo es la ototoxicidad (tinnitus) después de una terapia prolongada con aminoglucósidos.

Este tipo de efectos colaterales  (secundarios) son estimables, es decir, se pueden “predecir” porque se sabe que una acción da lugar a una posible reacción, y por eso se pueden poner medidas preventivas como comer antes de tomar la medicación, usar protectores gástricos…

Reacción adversa

La reacción adversa (ADR = advers drug reaction) es cualquier reacción nociva no intencional que se produce a dosis normalmente utilizadas en la terapia o que puede ocurrir como resultado de cambios fisiológicos particulares, como el embarazo, la lactancia, la senescencia o ciertas Enfermedades que determinan una modificación de la fisiología del organismo y sus métodos de metabolización.

La reacción adversa implica ciertos mecanismos ya sean farmacológicos (relacionada con el medicamento), inmunológicos (porque el medicamento se comporta como un antígeno) o metabólicos (porque los medicamentos pueden interferir con el metabolismo). Incluso puede causar una enfermedad llamada iatrogénica (es decir, mediada por los fármacos) que puede incluso llegar a producir la muerte del paciente.

La dosis a la que ocurre una reacción adversa es diferente según el sujeto. A menudo no sabemos por qué aparece una reacción adversa porque no conocemos el mecanismo. Esta es una de las principales diferencias con los efectos adversos, las reacciones adversas no se pueden estimar.

Un ejemplo es la tendinitis provocada por la fluoroquinolona. Cuando se observan reacciones adversas, se deben realizar investigaciones causales. Es decir, intentar deducir (sin saberlo en un inicio i a ciencia exacta qué puede haberlo provocado.

Debemos estar seguros de que estas reacciones son atribuibles a la medicación que se le haya dado al paciente, por lo que se debe investigar la asociación temporal entre la ingesta del medicamento y la aparición de los síntomas. Toca hacer de Sherlok Holmes…

Es necesario comprobar si al dejar de administrar el fármaco, la reacción adversa se frena y se reduce (lo que se conoce como desactivación).

Debe existir una relación dosis / respuesta, es decir, dependiendo de la dosis utilizada, la respuesta debe ser más o menos grave y, cuando sea posible, verificar si al volver a administrar el fármaco se produce nuevamente la reacción adversa (reexposición). ¡Esta es una investigación que debe evitarse en caso de shock anafiláctico!

Es necesario verificar si el mecanismo de acción del medicamento puede ser compatible con la reacción adversa y si los medicamentos pertenecientes a la misma clase producen la misma reacción adversa (efecto de clase).

Finalmente, es necesario verificar si esta reacción adversa puede deberse a la enfermedad o bien a otras drogas administradas simultáneamente al paciente.

Cuando se llevan a cabo estas investigaciones, se debe hacer un índice de causalidad:

Ciertos: si no hay dudas sobre los efectos negativos del medicamento administrado. Después de una serie de respuestas conocidas por el fármaco sospechoso, se confirma que dejando el tratamiento el paciente mejora, y que si vuelve a administrarse el medicamento de nuevo reaparecen los efectos adversos. No puede explicarse por la patología del paciente.

Probable: si algunas de las investigaciones causales tienen respuestas negativas.

Posible: cuando existen varias dudas, varias respuestas negativas.

Duda: cuando el efecto se relaciona más con otros factores que con el medicamento en cuestión.
También está el fenómeno adverso:

En este caso el fenómeno adverso es cualquier fenómeno clínico desagradable que ocurre durante el tratamiento con un fármaco, pero que no necesariamente tiene una relación causal con el tratamiento en sí. Un ejemplo es el síndrome oculo-mucosal-cutáneo (caracterizado por dermatitis, queratoconjuntivitis y peritonitis esclerosante del proctalol (un bloqueador beta retirado del comercio en 1976). El fenómeno adverso solo puede destacarse durante los estudios de fase clínica.



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