Macrobiótica, la dieta del futuro

Hoy en día hay tantas dietas que parece imposible decidirse por una. Entre keto, paleo, vegana, vegetariana, y muchas más, puede ser un verdadero lío saber cuál elegir, ¿verdad?. Y ya ni te digo si tienes que seguir una dieta específica por un problema de salud (DASH,FODMAP, protocolo autoinmune,etc.). Cada semana parece que aparece una nueva dieta milagrosa que promete resultados increíbles en tiempo récord.

Y yo me pregunto, ¿realmente hacen falta tantas dietas? y sobre todo ¿qué dieta será la que yo realmente necesito?

El problema principal es que muchas personas se lanzan a seguir una dieta estándar sin pensar en sus propias necesidades. Se olvidan de considerar su estilo de vida, preferencias y necesidades nutricionales. Siguen dietas estrictas que pueden funcionar para otras personas, pero que no necesariamente son adecuadas para su salud. Esto puede llevar a frustraciones, desmotivación y, a menudo, a abandonar la dieta por completo.

¿No podría haber una dieta que se pudiese adaptar a cada momento, no solo de mi estado de salud sino también de lo que estoy realizando? Por ejemplo, adaptar tu dieta a un momento que tengas mucha actividad física, mental o luego aprender a cambiar si sales una noche con tus amistades.

Pues sí, existe, y se adapta a cada momento de tu vida. Esa dieta, o más bien dicho ese estilo de alimentación se llama macrobiótica.

A diferencia de otras dietas, la macrobiótica no es una solución única para todos. Es un enfoque personalizado que se adapta a tus necesidades individuales. No es solo una lista de alimentos permitidos y prohibidos. La macrobiótica se basa en principios más profundos que tienen en cuenta tanto el cuerpo como la mente.

La macrobiótica se centra en el equilibrio y la armonía, utilizando principios del yin y yang para crear una dieta equilibrada. Este enfoque proviene de la filosofía oriental y busca equilibrar las energías opuestas y complementarias en nuestro cuerpo. No se trata solo de llenar el estómago y satisfacer a mi paladar, sino de nutrir el cuerpo y la mente de manera equilibrada para sentir satisfacción en todos los niveles. Y por supuesto tiene en cuenta las necesidades nutricionales básicas para no tener ninguna carencia.

Entre los alimentos principales en la dieta macrobiótica tienes los cereales integrales, las verduras y las legumbres. Estos 3 grupos de alimentos bien equilibrados en tu plato te van a dar el equilibrio que necesitas en todos los niveles. Olvida los mitos sobre los cereales y aprende a cocinarlos para que no te den gases ni se te hinche la tripa.

Además de los anteriores, la macrobiótica incluye una cantidad moderada de frutas, frutos secos y semillas. Las algas marinas, como el nori y el kombu, son interesantes en esta dieta debido a sus beneficios nutricionales únicos. Y también los alimentos fermentados en pequeñas cantidades ayudan a una mejor digestión y absorción de los alimentos. Uno de los alimentos fermentados más interesante es el miso, se utiliza en sopas y salsas para agregar sabor y probióticos naturales.

¿Y cómo haces para elegir los alimentos que te convengan desde la macrobiótica?

Una de las características más destacadas de la macrobiótica es su enfoque en la energía de los alimentos. Cada alimento tiene una energía específica y un efecto en el cuerpo. Conociendo esto, puedes elegir en cada momento lo mejor para ti. Por ejemplo, en climas fríos, puedes optar por alimentos más yang, que son más calentadores (verduras de raíz, estofados largos, más frutos secos, etc.), mientras que en climas cálidos, puedes preferir alimentos más yin, que son más refrescantes (frutas, verduras de hoja, ensaladas, etc). La macrobiótica no sólo se rige por la temperatura, hay alimentos que secan, tensan y dan más vitalidad y otros que humedecen, suavizan y relajan. Todas estas combinaciones permiten que tu organismo entre en equilibrio y produzca salud.

Este conocimiento te permite adaptar tu dieta no solo a tus necesidades nutricionales, sino también a tu entorno y estado emocional. Es una herramienta poderosa que ninguna otra dieta ofrece. En lugar de seguir reglas rígidas, aprendes a escuchar a tu cuerpo y a responder a sus necesidades de manera consciente y equilibrada.

Además de los beneficios físicos, la macrobiótica también promueve una conexión más profunda con los alimentos que consumes. Te enseña a ser consciente de la calidad de los ingredientes, su origen y cómo se preparan. Esto no solo mejora tu salud, sino que también fomenta una relación más respetuosa y agradecida con la comida.

La macrobiótica también es flexible y adaptable. No tienes que seguirla de manera estricta para beneficiarte de sus principios. Puedes incorporar sus conceptos a tu dieta actual y hacer ajustes graduales según tus necesidades y preferencias. Esta flexibilidad la hace accesible para cualquier persona, independientemente de su estilo de vida o restricciones dietéticas. Uno de los principios de la macrobiótica es el NON CREDO. Esto quiere decir que no debes seguir nada al pie de la letra y por el contrario debes experimentar y sacar tus propias conclusiones.

Por eso, para mí, la macrobiótica es la dieta del futuro. No solo te nutre, sino que también te enseña a entender tu cuerpo y mente en un nivel mucho más profundo. Te proporciona las herramientas para tomar decisiones conscientes sobre tu alimentación. Así que, si estás cansado de las dietas que te limitan y no se adaptan a ti, ¡dale una oportunidad a la macrobiótica!

Y si te interesa saber más muy pronto voy a dar un Webinar sobre esto en base a diferentes mitos de la alimentación, si te interesa pincha aquí abajo y apúntate.

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