Lo confieso: soy perezosa. No confundir con vaga, o dejada, o desastre. Simplemente, perezosa.
Según la definición del diccionario de la Real Academia Española, me quedo con estos datos:
Negligente, descuidado o flojo en hacer lo que debe o necesita ejecutar.
Que por demasiada afición a dormir se levanta de la cama tarde o con repugnancia.
Y la que más me identifica: Tardo, lento o pesado en el movimiento o en la acción.
Sí señores, soy tarda, lenta y pesada. No es un insulto, es una realidad. Y lo que es peor, llevo mucho tiempo siendo consciente de ello, pero…..TA-CHÁN….ha llegado el momento de enfrentarse al villano con mis superpoderes.
La semana pasada tuve la suerte de cruzarme en mi camino con Soraya Casla, doctora en ejercicio físico y cáncer, y responsable del programa Women in Motion. El escenario no podía ser mejor, un gimnasio espectacular en las entrañas del Madrid turístico, el Myst Gym Club. Han conseguido transformar el antiguo teatro Arenal en una sala de cintas, bicis y pesas sin perder el encanto del telón y el patio de butacas.
A lo que íbamos: Soraya conoce al dedillo todas y cada una de las excusas que las supervivientes de cáncer relatamos una y otra vez: me puede el cansancio, me tiran los brazos, me duele la espalda….y ha sido, hasta ahora, la única persona que ha removido mi amor propio con sólo una frase: conozco todas las excusas y NO. Si hay pacientes que lo consiguen y lo hacen, SE PUEDE . Ese “no” y ese “se puede” han pulsado algún botón en mi canal del orgullo, y os puedo asegurar que desde el pasado 20 de mayo he emprendido mi particular lucha contra la pereza.
Por supuesto, me sigue doliendo la mano, la espalda se resiente cada vez más por el neuroma, los kilos de más siguen estando ahí limitando algunas actividades, el cansancio que me abraza motivado por mi menopausia precoz no se ha ido, dos cachorras y una vida laboral-familiar-casera para mí sola pasan factura, PERO….he encontrado pequeñísimos gestos que están consiguiendo que me encuentre muy orgullosa de mí misma. Os los cuento?
Mi despertador suena diez minutos antes, y he retrasado la hora de dormir entre media hora y una hora por la noche. Y sí, señores, con 8 horas es suficiente, me encuentro más activa, me cunde más el día, y me es más sencillo compatibilizar algunas tareas con mi día a día.
Zapato plano para la tarde y así no vale quedarse sentada por los tacones. Energía “piececil” para poder seguir a las cachorras con su ritmo frenético sin maldecir modas incompatibles con los juanetes.
Adiós ascensor (poquito a poco). Sea media o una planta, ¡ARRIBA!, que todo cuenta.
Las rutinas caseras las hago nada más llegar, no vale aplazar tareas para más tarde por dos motivos: uno, me va a dar pereza hacerlo y dos: cuando me pongo en marcha sin pillar el sofá, mi cuerpo se anima y hago más cosas.
Objetivo: intentar seguir a mi rubia favorita. La energía de los 5 años muy activos me supera, nunca será al 100%, pero me he propuesto bailar más con ella, subir las escaleras todas las veces necesarias para no tener que hablarnos a gritos, acompañarla en el “vamos al agua”, o “vamos al parque”, o “todavía no”!!
Venga vale, acepto la crítica: ni me he puesto a correr para prepararme los 10kms ni me he apuntado al Myst Gym Club a machacarme, lo se, pero os puedo asegurar que mi orgullo y yo estamos super contentos de mis pequeñísimos avances.
Me encantaría conocer esos pequeños trucos que usas para que no te abrace el sofá, me los regalas??
Os leo!!