La prostitución de las masas

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Lo que vas a leer probablemente no te va a gustar, pero tengo que contártelo.
Y tengo que hacerlo porque ni el Gobierno, ni tu banco, ni tu jefe lo harán, a pesar de que ellos saben bien de lo que voy a hablar.
De hecho, es probable que a estas alturas de la vida ya lo sepas…
Caíste en una trampa urdida con falsas promesas y engaños.
Te convencieron de que la forma de vivir es trabajar de lunes a viernes 8 horas para disfrutar de un fin de semana en un centro comercial donde puedas comprarte una vida acomodada.
Te dijeron que a través de créditos podrías adquirir una vivienda, un coche, e irte de viaje una vez al año.
Te prometieron que si hacías esto toda la vida, a los 65 años te retirarías con una buena paga y podrías disfrutar de una jubilación fantástica.
Te ofrecieron seguridad, en una relación “para toda la vida”, en la que tú dependerías siempre de ellos y ellos siempre se asegurarían de que tú eres reemplazable.
Creíste que eso te daría la felicidad, aunque en el fondo sentías que no era verdad.
Y aceptaste ese trato, y vendiste tu tiempo y por tanto tu libertad.
Entraste en la gran encerrona de la prostitución en masa, simplemente porque era lo que hacían los demás.
Quizás te moleste ese concepto, pero simplemente estoy utilizando la palabra que define la acción de hacer un uso deshonroso de algo valioso a cambio de dinero.
Estoy seguro de que de pequeño te enseñaron a valorar y honrar tu cuerpo, como el templo sagrado donde reside tu alma.
Venderlo, es sin duda profanarlo.
¿Por qué no te enseñaron lo mismo acerca del tiempo?
¿Acaso no es el bien más preciado del que disponemos?
Si bien comerciar con el cuerpo es algo que la mayoría considera denigrante para la dignidad humana, vender el tiempo es algo que se asume con total naturalidad.
Pero el alma que se cobija en tu cuerpo, necesita tu paz interior, la cual requiere de propósito, congruencia y libertad para proporcionarle a tu vida aquello a lo que debería aspirar todo ser humano: plenitud y realización.
Y ¿qué es la libertad sino la posibilidad de disponer del tiempo y de la vida según la propia voluntad?
vender el tiempo

Vender el tiempo no está mal visto
La moral popular es hipócrita en sus principios.
Unos principios construidos por aquellos que gobiernan, que tienen el poder y por tanto dirigen el pensamiento de la sociedad.
Una sociedad que juzga la moral de una chica que se acuesta con un viejo verde para comprarse unos zapatos de 200 €, mientras con honor vende 40 horas a la semana (tirando por lo bajo) a cambio de seguridad ficticia y acceso a un excesivo materialismo innecesario para el alma.
Así es: nos han enseñado a pensar y juzgar según unos paradigmas que favorecen la economía de unos pocos.
Y a través de ellos, al tiempo no se le da el valor que se dice que tiene, probablemente porque existe la percepción de que queda mucho por delante.
Estoy seguro de que muchos ancianos y enfermos terminales tienen una percepción muy distinta de esto…
A ti, que sin tener certeza de cuánta vida te queda por vivir, te atenazan los miedos de un “futuro sin futuro”.
La seguridad que te han inculcado desde el principio de los tiempos, actúa como el “proxeneta” que te impide salir de ese trabajo que nada te llena.
Sin embargo, la única certeza es que un día no ya estarás aquí y lo perderás todo. Y no dispondrás de más tiempo para hacer con él aquello que deseas en tu vida.
Aquellos que “vuelven a nacer” tras haber estado en el borde de la muerte entienden la importancia de vivir con plenitud y generalmente hacen todo lo necesario para abandonar su vida prostituida.
Piénsalo bien…

Si el tiempo es oro ¿por qué vendes el tuyo a precio de saldo?
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¿Por qué vendes 5 días de servidumbre haciendo algo que no te llena, a cambio de 2 días de libertad?
Vender tu tiempo en paquetes de 8 horas es vender pedazos de tu vida, ¿por qué emplear esos momentos tan valiosos a hacer algo que para ti carece de sentido?
Te advertí que no te iba a gustar lo que ibas a leer…
Te aseguro que no disfruto escribiéndolo, y aún menos sabiendo que este modelo que describo mantiene aprisionados a millones de personas que sin quererlo han acabado prostituyendo su alma.
Qué hacer a estas alturas
La vida te da siempre una segunda oportunidad. Aunque sientas que ya es demasiado tarde también estás a tiempo.
Quizás tus gastos y tus deudas te mantengan atrapado, pero con la estrategia adecuada lograrás salir de ello.
Quizás no tengas más prisión que tus propios miedos, con lo cual sólo necesitas afrontarlos y hacer de ellos un aliado más hacia la vida que deseas.
Una vida de congruencia, de propósito y libertad, que te permita descansar en paz antes de que quede esa frase quede gravada en tu lápida.
No me vengas con que tienes hijos, más de 40, o cualquier excusa que ya se ha encargado tu subconsciente de preparar para que te quedes en el sillón viendo la tele de plasma.
Podría contarte miles de historias de personas en circunstancias más complejas que decidieron apostar por una vida plena.
Personas que vendieron su casa, que dejaron un trabajo de muchos ceros o que construyeron su libertad a base de disciplina y empeño.
Personas que dejaron a un lado las excusas, le echaron cojones a la vida y tiraron para adelante a pesar de todos sus miedos.
Nada es gratis en esta vida, y para conseguir lo que se quiere, ha de pagarse un justo precio.
El precio del esfuerzo, de la dedicación y del compromiso contigo mismo para alcanzar la vida que deseas.
Salir del laberinto
Tu salida no está en buscar otra empresa, ni en mandarlo todo a hacer puñetas y emprender un sueño.
Tu salida está dentro de ti, en conocerte a ti mismo y entender hacia qué dirección deseas que vaya tu vida. En tener claras tus prioridades y los límites que establecen tus valores personales.
Una vez hayas hecho ese trabajo, necesitarás un plan de acción para materializarlo, una hoja de ruta que marcará el rumbo hacia tu destino.
En esa estrategia es muy probable que tengas que quedarte un tiempo donde te encuentras ahora, lo que requerirá que aceptes la situación y tengas una actitud adecuada para no caer en un victimismo inútil que sólo te consume energías.
Es parte del camino, parte del plan. No tengas prisas porque la impaciencia no es buena compañera: sólo te robará energía, y la necesitas toda para avanzar en ese camino.
Te invito a reflexionar
Si lo que has leído hasta ahora ha removido tu interior, puedes poner en orden tus ideas respondiendo a estas preguntas que te permitirán sacar conclusiones.
¿Es el lunes el peor día de la semana? ;)
¿Empleas tu tiempo haciendo algo que te proporciona equilibrio vital o algo que carcome tu alma?
¿Eres dueño de tu tiempo?
¿Crees que tu trabajo tiene una misión positiva? ¿Estás alienado con esa misión?
¿Envidias a la gente por “la vida que se pega”?
¿Cuánto tiempo podrías permitirte la vida que tienes si dejaras tu trabajo hoy mismo?
¿Tienes un plan B?
Yo también he estado donde tú estás, y créeme que no te juzgo. Tampoco pretendo darte consejos ni lecciones morales; con esto que te escribo sólo quiero invitarte a reflexionar si estás viviendo tu vida con congruencia.
Si sientes que no, tú decides si quieres REvolucionar tu vida, o si prefieres seguir formando parte de la encerrona de la prostitución en masa.
Me encantaría conocer tus conclusiones de esta reflexión en los comentarios y por supuesto te agradeceré enormemente que compartas este artículo para seguir despertando conciencias.
Mil gracias!
Álvaro López Morcillo

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