La olla que sirve para todo: autoestima

Vamos a hablar de “La Olla que sirve para todo”

Virginia Satir fue una importante terapeuta familiar del siglo XX que se destacó por su empatía y por utilizar palabras sencillas y accesibles para comunicarse con sus pacientes.

En sus publicaciones compara frecuentemente la autoestima con una gran olla. Cuando Virginia era niña vivía en una granja con su familia. Ahí tenían una gran olla que era usada para diversas funciones a lo largo del año. A veces tenía una nutritiva comida para los trabajadores, otras tenía cáscaras y restos vegetales para preparar abono, en otros momentos se usaba para remojar ropa en jabón y otras estaba vacía.

La autoestima es el concepto que tenemos de nosotros mismos, cono nos percibimos, nos vemos y nos valoramos. Es un proceso que se da a lo largo de toda la vida. Comienza con como es recibida la noticia del nacimiento de un nuevo bebé si con alegría, tristeza, preocupación o vergüenza.

Al nacer y a medida que nos vamos relacionando con los demás recibimos información de como nos perciben los otros y con ella vamos formando nuestro propio auto concepto, pues aceptamos algunas cosas y descartamos otras.

La autoestima va desarrollándose poco a poco y constantemente. Puede variar de una etapa a otra. También puede ser diferente dependiendo de los diferentes roles que asumamos. Por ejemplo una persona con facilidad para la cocina se puede sentir segura y con un buen concepto de sí misma si le toca cocinar para un grupo, pero posiblemente esa misma persona se sienta insegura al tener que cantar en público si siente que no tiene esa cualidad. Es por eso que el desarrollo de la autoestima es un proceso dinámico.

Qué tiene que ver la autoestima con el sistema familia?



Tiene mucho que ver pues por una parte nuestra familia es la primera y principal fuente de información para formar la autoestima tanto de niños, como de jóvenes y adultos. Así que dentro de las funciones de la familia está la de mantener en un nivel adecuado la autoestima de sus miembros.

Por otra parte, dependiendo de nuestro nivel de autoestima nuestra relación los demás en especial nuestra relación con nuestra familia será mejor o peor.

Es aquí donde entra el ejemplo de la olla que utilizaba Virginia Satir.

Cuando nuestra autoestima es buena y nos sentimos plenos, seguros y confiados será como cuando la olla está llena de una comida nutritiva. Es decir, tenemos abundancia de sentimientos positivos para compartir con quienes nos rodean.

Por el contrario si nos sentimos tristes o deprimidos no tendremos mucho que dar, seremos como una olla vacía.

Pero si estamos frustrados, resentidos y a la defensiva posiblemente seremos como una olla llena de basura o desechos descompuestos.

Pidamos a Dios que mantenga nuestra olla llena de cosas nutritivas para dar a nuestra familia porque los cambios que se den en nosotros poco a poco irán afectando también a las personas que están a nuestro alrededor.

Te invito a reflexionar en el día de hoy Cómo está tu olla. Está llena, vacía? Qué tiene dentro? Es algo bueno para compartir? Y si no es así qué puedes hacer para llenar tu olla de seguridad, confianza y amor?

Fuente: este post proviene de Humano en desarrollo, donde puedes consultar el contenido original.
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