Como ejemplo, citaban el libro Suites:A Women on Wall Street (Trajes: una mujer en Wall Street), escrito por Nina Godiwalla, quien fue una empleada de la importante entidad financiera estadounidense Morgan Stanley. En él, según explican, se podía leer “ Había clientes que exigían que no intervinieran mujeres en sus negocios y se celebraban reuniones en clubes de striptease”.
Sin duda, la discriminación sexual en este sector continúa siendo un tema presente en nuestros días, donde el hecho de que a una mujer le guste la moda o se sienta cómoda con un estilo moderno y actual, parece ser indicativo para muchos de su falta de profesionalidad e incapacidad para elaborar sus funciones correctamente. Un pensamiento que nada tiene que ver con la realidad y que fomenta una imagen cargada de prejuicios hacia la mujer, tal como demuestra la española Ana Patricia Botín.
Fuente: Smoda
Imagen: Victor1558/Flickr
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