La difícil papeleta del ser humano

La difícil papeleta del ser humano


El título al que hago referencia en este artículo no deja de ser la utopía que se sumerge en el ser, por su ilimitada necesidad de crecer y de evolucionar dentro de un cuerpo cargado de limitaciones, estructurado y a veces vacío de conexión. Por suerte no todo es tan drástico pero la estadística algo tan moderno que nos sirve de referencia, nos hacen pensar que es a sin. No voy a censurar al humano por algo que puede ser víctima y aun siendo cómplice no seré yo quien lo juzgue.

La evolución del “ser” es algo inseparable del humano, nuestro cuerpo al estar en continuo movimiento es como caminar con grandes civilizaciones o sociedades diminutas de microorganismos y éstas compuestas de diminutos organismos creados por algo que tampoco es el fin. Como pensar que esas sociedades orgánicas que están en continuo movimiento estén en una continua evolución o su propia evolución. Encontrar donde está el principio o lo más diminuto que podamos imaginar que incluso eso, no sea ni el fin del principio. Eso es algo tan parecido como buscar el “ser” o en donde lo podemos ubicar.

No os voy a localizar el ser, ese no es mi cometido y es mejor que no lo encuentren ya que siempre hay iluminados. Aunque siempre ha sido un misterio para el humano dando infinitas lecturas, incluso utilizadas para crear dogmas creados por el razonamiento humano, pero lo que es evidente es que ese “ser” se manifiesta.

Hablar del “ser” es algo que pienso que nunca tiene un fin, igual que tampoco tenga un principio. Por suerte o por desgracia, nuestra memoria es limitada pero lo que nos hace despertar con algo que no podemos ni imaginar donde está su límite es la conexión con nuestro “ser”. Es algo que por mucho que nos esforcemos, el limite nunca lo encontraremos, ese es su gran misterio y su gran... lo que querías llamar.

La energía

Normalmente cuando hablo de frecuencias energéticas siempre lo relaciono con el “ser” pero os aseguro que no lo he encontrado, que iluso seria, pero os intentaré explicar cómo funciona estas frecuencias energéticas y lo que podemos llamar como energía o lo que nuestra razón intenta dar explicación... La razón algo que tenemos que tener mucho cuidado...

¿Qué es la energía o cuál es su mínima expresión? Eso sería algo tan difícil de definir como definir al “ser”, pero en cualquier lugar del mundo actual hablar de energía es fácil relacionarlo con el mundo tecnológico, industrial o con una civilización avanzada con todos sus avances, creando al individuo una vida más cómoda pero que no está a la basto de todos. ¿Pero qué diferencia hay entre una energía u otra? Perdonar si os digo que es una de las mayores trampas, separar una energía de la otra. Supongo que para las personas que entiende de esta materia habrá pensado “que estupidez” y quizás tenga mucha razón. Pero dejarme explicar algo que puede ser muy simple y la vez muy complejo. Intentaré hacerlo lo más compresible que pueda.

Si tuviéramos que definir la energía en todos sus estados que se manifiesta, es como sí utilizara su propio lenguaje en infinitas maneras de expresión, pero con la gran diferencia de que hay estados que, para llamarlo de una manera fácil de entender, diríamos que la energía sea adoctrinado, educado, contenido, controlado y adquirido para nuestro propio uso.

Cuando me refiero a la trampa; es como se relaciona la energía desde una perspectiva ajena y como algo cotidiano, como un elemento ajeno a nuestra naturaleza del “ser”, conviviendo como si cada uno tuviera claro que el peligro esta solo si uno comete imprudencias o no asumiendo cada uno su responsabilidad. Pero lejos de la realidad, los peligros están muy cerca y algunos sin ser conscientes de ellos. Hay sectores que define la energía del “ser” como algo fantasioso o que cuestiona su origen para alejarnos de los peligros que nos acecha.

No soy ni matemático, ni físico, ni informático, ni ingeniero pero me gustaría que esta idea le tengáis una ligera mención; para definir la mínima expresión de la energía es algo tan complicado que la ciencia actual ha gastado cantidades insólitas de dinero para buscar esa mínima expresión. Pero si utilizáramos como ejemplo el átomo, algo popularmente conocido en los tiempos modernos que vivimos, su composición según Wikipedia, definiría que un átomo se compone de un núcleo y uno o más electrones unidos al núcleo. El núcleo está compuesto de uno o más protones y típicamente un número similar de neutrones. Los protones y los neutrones son llamados nucleones. Esta definición se representa con negativo, positivo y neutro (electrones, protones y neutrones) algo esencial en el comportamiento de la energía.

El átomo por supuesto no es primer conjunto de partículas ya que en el lenguaje de la ciencia los WIMPs, los axiones, los neutrinos, neutra linos, el plasma, los fotones o el descubierto en 2012 el bosón de Higgs, son hermanos más pequeños, como otros dentro de la comunidad científica que han intentado descubrir, buscando unas de las incógnitas más buscada por la ciencia como la materia oscura. Algunas de estas partículas, para ser descubiertas, crean laboratorios subterráneos para localizarlos con un sofisticado material ya que algunas de estas partículas descubiertas atraviesan la corteza terrestre y es actualmente la manera que tienen para identificarlas. Si atraviesan la corteza terrestre ya me diréis si no pueden atravesar nuestro cuerpo.

Si os tuviera que poner un ejemplo de cómo explicar estos mecanismos energéticos seria como definir el “0”. El cero en un principio no debería existir pero para nuestro razonamiento necesitamos un punto de partida, un punto de referencia, y es muy importante coger esta idea ya que el individuo necesita puntos de referencia para poder avanzar. Pero volviendo al cero, podemos crear infinitos números, infinitos positivos o infinitos números negativos o decimales sin encontrar un límite. Si el cero no existe, pero si lo podemos utilizar el cero sobre algo para poder dar una cantidad de inicio sobre algo que necesitamos conocer incluso dando un nombre de inicio. Eso es lo que sucede con la energía, situamos diferentes ceros de un principio en diferentes estados de la energía para identificar los diferentes lenguajes energéticos pero, sin darnos cuenta que estamos hablando de lo mismo. Quizás porque desconocemos donde está el principio, donde está el final o en qué lugar del lenguaje energético estamos, con los riesgos que eso conlleva.

Cuando os hablo de trampa o entrar en conflicto o entrar en una contradicción con todas las posibilidades que nos dan las nuevas tecnologías, es como tiraros piedras sobre vuestro tejado hoy día, es como luchar con una nueva inquisición o un nuevo dogma. Pero para que tengáis una pequeña idea de cómo funciona toda esa frecuencia de onda que se utilizan para que todos estemos súper comunicados, es como si estuviéramos viviendo dentro de un microondas con el riesgo que la intensidad no la pones tú y si tú renuncias al móvil no evitas vivir libre de esa frecuencia.

Pero, volviendo a las frecuencias energéticas y como actúan en nuestro cuerpo, nuestro “ser” podría ser un “ser” energético algo que se mueve en una dimensión muy difícil de imaginar pero a la vez muy sensible, frágil, pero algo tan cerca del humano y a la vez maravilloso. Pero nos tenemos que sacar la arrogancia de pensar que somos el centro de todo y mientras juguemos con el ego tendremos una evolución muy difícil de digerir. Sin darnos cuenta que si tenemos este privilegio no solo es por nosotros, sino por el entorno que vivimos, nuestra naturaleza, nuestro planeta y el entorno en que vivimos en nuestro ecosistema astral.

Nuestro cuerpo, cuando desprende electricidad estática, es curioso que para mucha gente lo encuentre como un fenómeno anormal y curioso pero sin cuestionarse que podemos ser “seres” energéticos. Nuestro cuerpo es como una gran antena, es receptora, perceptora de energía y es muy sensible a la energía. Una de las cosas más curiosas de nuestro cuerpo es su composición. Aparte de la gran cantidad de agua que alberga, nos encontramos con elementos como el oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, carbono, fósforo, potasio, sodio, zinc, selenio, magnesio, radio, litio, mercurio, níquel , cromo, arsénico, hierro, silicio, cobalto y os aseguro que me dejo de incluir una buena lista de elementos de composición del cuerpo humano.

Una de las cosas que quiero hacer resaltar es la composición de elementos que utiliza la tecnología para crear los aparatos móviles. Os sorprendería la relación de elementos que tiene con respecto a nuestro cuerpo humano. ¿Qué es lo que le diferencia? La cantidad que se utiliza de cada uno de estos elementos para la creación de estos aparatos tecnológicos.

Nuestro cuerpo está lleno de micro partículas de estos elementos que, junto con el agua, le hace ser un perfecto receptor de energía. Pero, ya que estamos utilizando la tecnología como ejemplo, diríamos que todos los aparatos tienen sus limitaciones ya que se estropean por alteraciones de energía, mal uso o deterioro y nosotros no somos menos. Tener claro estas limitaciones en nuestro cuerpo es lo que nos hacen importante para su mantenimiento.

Hay interesantes estudios que dan una medida a nuestras emociones que, aunque pueden ser en carácter generalizado, pienso que tienen buena base, incluso para medir en hercios un estado emocional para tener una referencia energética. Según estos estudios nuestro cuerpo en estado vivo puede mover estados emocionales desde 20 hercios a 1.000 hercios aproximadamente. Para que tengáis una ligera idea de cómo se mueve la naturaleza como frecuencia, sería los ya conocidos 432 hercios. Nuestro cuerpo no está diseñado para soportar estados emocionales durante periodos largos de tiempo aunque tenga capacidad de adaptabilidad, ni mantener estados de frecuencias durante mucho tiempo, aunque hay personas que pueden concentrar la energía más que otras pero siempre dentro de ese marco de frecuencias y libremente.

Cuando me refiero a los peligros tecnológicos a los que nos estamos enfrentando actualmente me refiero sobre todo lo relacionado con la telefonía móvil y todo su avance tecnológico. Para realizar sus conexiones vía satélite para el uso de datos móviles necesita de una gran potencia de frecuencia para que llegue hasta nosotros, superando nuestro marco de frecuencia. Pero el peligro está en vivir con estas frecuencias día a día. El problema no se acaba solo cuando eliminamos nuestro móvil, esta frecuencia no funciona para ti solo. Como he dicho anteriormente y para que sea fácil de entender, es como vivir dentro de un microondas.

En los años ochenta y noventa hubo un proyecto de EEUU llamado “La Guerra de Las Galaxias”, en aquel momento el Presidente Ronald Reagan para defender este proyecto y poder contar con presupuesto para la construcción de este proyecto, se escudó en la protección y la seguridad del territorio americano con una red de satélites que protegían de un supuesto ataque a su territorio por misiles intercontinentales, esa era en un principio la versión oficial. Pero hubo una gran reacción internacional opuesta a este proyecto ya que no eran claras las intenciones de este proyecto ya que lo que se pretendía era crear una red global de satélites ínter-comunicados con una tecnología que podía provocar sequías, alteraciones en la agricultura, alteraciones climáticas y por supuesto alteraciones en el ser humano. Lo que parecía ser una un mecanismo de defensa se podía convertir en la mejor arma del futuro. Lo que no os puedo afirmar es cómo ha evolucionado ese proyecto después de 30 años.

Proyecto guerra de las galaxias


Pero volviendo a nuestro ser y como los humanos tenemos que ser conscientes de los peligros que corremos, podemos crear músculos, podemos ser super inteligentes, podemos ser muy buenas personas, podemos ser increíblemente auténticos, podemos ser lo que queramos. Pero lo que tenemos que tener claro es que somos muy sensibles a las energías y necesitamos descubrir nuestras posibilidades como seres humanos.

Las frecuencias energéticas y la Carta Astral

Como astrólogo, cuando realizamos una Carta Astral utilizamos la hora de nacimiento para realizar la Carta de cada individuo ya que interpretamos el inicio del individuo y su conexión con el “ser”. Ya que rompe el cordón umbilical con la madre, su gestación anterior es muy importante ya que desarrolla los órganos y sus partes vitales. Pero esa separación es la que marca un antes y un después. La constitución de cada órgano es la que marcará la mayor o menor sensibilidad de nuestro cuerpo con esas frecuencias energéticas, pudiendo retener más o menos la energía dependiendo de nuestras micro partículas que componen cada órgano y de los componentes de nuestro cuerpo. La maravilla de ser un “ser” energético es más amplia de la que nos podemos imaginar.

El delfín tiene una gran sensibilidad a los campos magnéticos. Incluso puede detectarlos a varios kilómetros de distancia de su situación. Nosotros no dispones de tal capacidad pero también os digo que hay seres y seres. Nuestro campo energético o lo que podemos llamar como aura humana es la primera en percibir todas esas frecuencias energéticas y es la que tiene la llave a su entrada y salida. Por eso es muy importante mantener una frecuencia energética acorde con nuestra naturaleza.

Lo dejo aquí, espero que os haya gustado y agradeceros vuestra lectura.

Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.

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