Por mi parte, sólo comentar que me siento afortunada de hacer lo que hago y que una vez afilado el hacha, entendido como ese período de desconexión temporal de escenario que no de enfoque vital, me siento muy feliz de retomar este maravilloso proyecto llamado transformación.
La tuya y la mía.
No tenemos tiempo que perder.
Sigamos recorriendo el camino.