Hiroshima, 1945. Víctimas de la bomba.
La realidad supera a la ficción. A veces en este mundo es difícil explicar lo que en él acontece. En ocasiones por sorprendente, otras por inverosímil y muchas por atroz.
Una calurosa mañana, un 6 de agosto de 1945, tal día como hoy hace 70 años, los habitantes de una gran ciudad se disponen a realizar sus tareas cotidianas. Ajenos a la guerra de intereses económicos, territoriales y étnicos que se desarrolla a su alrededor, viven su día a día con total normalidad.
Hongo atómico, Hiroshima, 1945
De repente, una luz cegadora aparece en el cielo y el mundo que conocen se convierte en cenizas. La mayoría mueren al instante, pero los que logran salvarse no corren una mejor suerte. Enfermos, muchos de ellos se enfrentan a una muerte lenta y dolorosa. Una vez más, los inocentes cargan con las consecuencias del odio y la maldad que convierte a los hombres en verdugos.
Hiroshima, 1945. La ciudad devastada.
Hiroshima es la capital de la prefactura de Hiroshima, en la región de Chugoku, al oeste de Japón.
Antes de la Segunda Guerra Mundial la población había crecido a 360.000 habitantes, alcanzando su punto máximo en 1942 con 419.182 habitantes. Después del bombardeo atómico en 1945 la población descendió a 137.197.
Los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki fueron ataques nucleares ordenados por Harry S. Truman, presidente de los Estados Unidos, contra el Imperio del Japón. Los ataques se efectuaron el 6 y el 9 de agosto de 1945, y ayudaron a poner fin a la Segunda Guerra Mundial. Después de seis meses de intenso bombardeo de otras 67 ciudades, el arma nuclear Little Boy fue soltada sobre Hiroshima el lunes 6 de agosto de 1945, seguida por la detonación de la bomba Fat Man el jueves 9 de agosto sobre Nagasaki. Hasta la fecha, estos bombardeos constituyen los únicos ataques nucleares de la historia.
Enola Gay, avión que lanzó a Little Boy, la bomba atómica en Hiroshima
Se estima que hacia finales de 1945, las bombas habían matado a 166 000 personas en Hiroshima y 80 000 en Nagasaki, totalizando unas 246 000 muertes, aunque sólo la mitad falleció los días de los bombardeos. Entre las víctimas, del 15 al 20 % murieron por lesiones o enfermedades atribuidas al envenenamiento por radiación. Desde entonces, algunas otras personas han fallecido de leucemia (231 casos observados) y distintos cánceres (334 observados) atribuidos a la exposición a la radiación liberada por las bombas. En ambas ciudades, la gran mayoría de las muertes fueron de civiles.
Reloj desintegrado en Hiroshima
Seis días después de la detonación sobre Nagasaki, el 15 de agosto, Imperio del Japón anunció su rendición incondicional frente a los «Aliados», haciéndose formal el 2 de septiembre con la firma del acta de capitulación. Con la rendición de Japón, concluyó la Guerra del Pacífico y por tanto, la Segunda Guerra Mundial. Como consecuencias de la derrota, el Imperio nipón fue ocupado por fuerzas aliadas lideradas por los Estados Unidos —con contribuciones de Australia, la India británica, el Reino Unido y Nueva Zelanda— y adoptó los «Tres principios antinucleares», que le prohibían poseer, fabricar e introducir armamento nuclear.
Bebé víctima de la bomba y un enfermero
El mundo tiembla al recordar lo ocurrido. Pero la amenaza nuclear sigue tan patente como siempre. No tanto por los peligrosos y devastadores efectos de ésta, sino por las amenazantes y aniquiladoras perversidades del ser humano.
Hiroshima en la actualidad
Increíblemente, algunas de las víctimas demuestran que, a pesar de todo, las personas somos capaces de perdonar.
Os dejo con un vídeo animado sobre el testimonio de una de las víctimas del ataque.
Fuente:
https://es.wikipedia.org
Un saludo,
Olivia
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