Experiencias con la meditación – El camino habitado

En este artículo comparto el valor de las experiencias con la meditación que he encontrado en mi propia práctica. Medito formalmente desde hace 10 años y en este tiempo he recibido numerosos regalos a través de la práctica contemplativa.


Experiencias con la meditación

Reconozco en este recibir progresivo la riqueza de diferentes dimensiones. Las he ordenado según se fueron incorporando en el tiempo. En la actualidad, se subrayan unas u otras en cada momento y todas se potencian entre sí.

Pausa, observación, auto-conocimiento


Me acerqué a la práctica meditativa necesitando aflojar la marcha y en busca de serenidad. Encontré un espacio en el que me sentí libre, suelto, sin tener que reaccionar a expectativas propias o que otros podían tener sobre mí.

El habitual ritmo social, de familia, relaciones, múltiples planes, o laboral con la carrera de objetivos, aspiraciones, presiones Toda esta vorágine se vio interrumpida en el verano de 2011 al participar en una propuesta de trabajo interior en formato de retiro residencial.

Este retiro fue la ocasión de ralentizar el ritmo, dejar de correr y empezar a ver lo que sucedía internamente. Pude identificar algunas sensaciones, emociones y pensamientos que había en ciertos patrones de comportamiento que me producían malestar.

Esta experiencia con la meditación fue tan reveladora y amorosa al tiempo, que me dejó ganas de continuar la indagación durante el año y, el verano siguiente participé en un nivel avanzado de la misma propuesta. Esta segunda vez me permitió profundizar con cariño y compasión en zonas heridas, revueltas o simplemente necesitadas de atención.

Ahora había más espacio en mi interior. Los cocos, los temidos gigantes estaban identificados, al menos algunos, y podía estar con ellos sin tener que ir por la vida corriendo agitadamente.

Silencio, contenedor seguro y espacio de sanación


Unos meses después participé en un retiro de iniciación a la meditación cristiana o contemplación. Se trataba de una propuesta basada en la metodología de Franz Jalics (Ejercicios de contemplación). Durante ese año 2012 había estado practicando según este método y sentí que era el momento para esta inmersión en un retiro de silencio durante 10 días.

En esos días, y los meses que siguieron, el regalo que recibí fue la capacidad de estar quieto, en silencio, conmigo, en paz. Podía estar presente en mi realidad, ante las luces y las sombras, y sentir en el silencio un contenedor seguro, un espacio de sanación.

En el silencio todo se oye y ya no hay juicio. Solo queda la presencia amorosa que sabe acompañar y dar a cada parte lo que necesita. Había momentos intensos en los que era inundado de gran quietud, amor y luz. Y había espacios amplios durante el día, en los que caminando o comiendo podía percibir los detalles de los sentidos y surgía una consciencia de gratitud por lo que me rodeaba. Algo tan cotidiano como el peldaño de la escalera por la que subía a mi habitación, al pisarlo, se hacía un elemento único, una bendición de muchas personas a lo largo del tiempo que me permitía llegar a mi cuarto.

Aquella inmersión prolongada en el silencio la he podido repetir cada verano, incluso encontré otros espacios de retiro más cortos a lo largo del año en los que cultivar la presencia en medio de la vida cotidiana.

Refinamiento de la percepción, la práctica de atención plena, mindfulness

El entrenamiento de la atención y la iniciación en la meditación vipassana fue una clave en este proceso. En 2016 me inicié en la práctica de mindfulness encontrando en esta vía un corpus práctico muy preciso del entrenamiento de la mente.

Aprendí técnicas muy precisas para anclar la atención en el momento presente. Aquella disparatada mente que me visitaba con frecuencia seguía en ese flujo más o menos grande pero continuo. Entrenar la observación fue una vía clave para estabilizar la atención, o al menos saber dónde traerla cada vez que se marchaba.

El cultivo de compasión, gratitud y ecuanimidad


En los veranos siguientes participé en retiros de meditación vipassana donde el Silencio se iba haciendo cada vez más hondo. A medida que caminaba la senda de la observación se iba refinando la percepción.

Esta tradición me trajo también enseñanzas que enriquecieron mi práctica y ensancharon la seguridad del contenedor. Meditar con las practicas generativas de ecuanimidad, compasión y gratitud abrió la senda del desarrollo de estas virtudes. Aquellas cualidades, que estaban en mí, se desplegaron, y crecían al ser descubiertas.

Descubrimiento de la verdadera identidad. Encuentro y espiritualidad


Hay experiencias sublimes que salpican este recorrido. Son vislumbres de lo Real. Poco puedo decir de ellas. Tan solo los efectos en mí sirven para saber que se dieron sin ser mías.

Estoy habitado

Tras el velo de lo que creo ser en identificación con lo que me ocurre, con mis sensaciones, emociones o pensamientos, en lo profundo, soy Silencio, Quietud, Paz, Armonía, Belleza, Fortaleza, Amor. En ese lugar no hay estados carenciales y experiencio la transcendencia, lo que está en mí, pero más allá de mí.

La no separación

Aunque tenía conciencia de mí mismo, me percibía conectado a una realidad mayor y no existía separación dentro-fuera, interno-externo, aquí-allí

La compasión

Tocar el propio sufrimiento, escucharlo y conmoverme ante él, fue la antesala de sentir el dolor de todos los seres con una empatía nunca antes sentida, y conmoverme y sentir el compromiso de aliviarlo.

Estos vislumbres de lo Real son un punto de no retorno, son la pista, la señal, el regalo de quién soy, y la resonancia con la cita de Rumi:

Ahí afuera, más allá de ideas de bien o mal, hay un campo,

Nos vemos ahí.

Cuando el alma yace sobre la yerba

El mundo está demasiado lleno para hablar de él.

Las ideas, el lenguaje, incluso la frase “cada uno”,

No tienen sentido.

El camino continúa y soy dichoso de recorrerlo. Ojalá te sirva este testimonio, incluso sientas el impulso a transitarlo.  Puedes encontrar en este enlace información de las actividades que ofrezco. Y si te interesan experiencias de retiro, visita la sección retiros, encontrarás propuestas de iniciación y de profundización, y en diferentes formatos online y presencial según tus posibilidades.

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