¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste de tu postre favorito sin culpa o prisas?
¿Hace cuánto que no te ríes a carcajadas por cosas sencillas?
¿Ya observaste con detenimiento tu jardín o el lugar donde todos los dias pasas?
¿Ya viste las estrellas o la forma de las nubes?
Puede sonar simplista, cliché, etc., pero creeme que es la capacidad de conectar con el presente, la naturaleza y la magnitud de la vida cuando todo lo demás, aunque sea por un instante deja de importar. Los niños lo saben, pero los adultos los vamos moldeando hasta que un día, dejan de conectar con su instinto.
Hoy te invito a que celebres a tu niñ@, tu elige cómo, y hazlo 365 días.