Es la búsqueda de la armonía interior, de la conexión espiritual del hombre con las energías del universo la que le permitirá no solo dar sentido a la vida, sino sanarla, desde todos los puntos de vista, físico, mental y también emocional.
Esa búsqueda de la espiritualidad es la que enriquece la vida física. Es la que da sentido a los problemas mundanos. Una vida vivida desde el Reiki no es más fácil ni más difícil, simplemente nos permite recordar que contamos con las herramientas suficientes para afrontar los retos desde la responsabilidad. Dejamos de ser víctimas de unas circunstancias que no entendemos para sentirnos y sabernos creadores de una realidad enriquecedora y con sentido.
Reiki es el nombre de un método de trabajo. No es el nombre ni de una doctrina ni de una forma de energía. Cualquiera puede acceder a la canalización de la Energía Universal a través del Reiki.
Sentir cómo fluye esa energía a través de nosotros es enriquecedor en sí mismo. La sanación es solo un camino de vuelta a nuestra verdadera naturaleza. Un camino que comienza con un pequeño gesto: el de recordar que somos más, mucho más, que nuestro cuerpo físico.
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