El misterio de los antojos…
Si lo analizamos a fondo, es un tema más complejo de lo que quizá puedas imaginar; por un lado el hecho de tener antojos y sucumbir ante ellos nos deja una sensación de culpabilidad que resulta angustiante; sin embargo, si nos detenemos a pensar que nuestro cuerpo es una máquina perfecta y que detrás de lo que parece ser un simple y caprichoso deseo de determinado alimento se oculta algo más, todo puede cambiar significativamente.
El envoltorio físico que tenemos, alberga un sin número de funciones que se llevan a cabo sin tu intervención consciente; respirar, oler, oír, ver, sentir…, enviar información para hacernos saber que tenemos hambre y muchas otras. Así que, ¿por qué debería equivocarse al decirnos que necesita comer cierto alimento? Creo que viéndolo desde ésta óptica sería poco coherente o lógico.
De alguna manera, si lo sentimos es porque busca algo de lo que carece. Lo ideal ante éste tipo de situaciones es observar lo que sentimos, respirar hondo y preguntarnos:
¿Tengo hambre?
¿Por qué deseo comer éste alimento y no otro?
Estás deshidratado
Cuando tenemos sed de forma importante, la primera señal que llega desde nuestro cerebro se traduce como hambre, así que te invito a que pruebes bebiendo un vaso de agua antes de que optes por comer cualquier otra cosa.
Te encuentras carente de nutrientes
Es otra posible causa por la que tenemos antojos, los macronutrientes y micronutrientes deben estar presentes de forma variada en nuestra alimentación diaria. Esto significa que si te faltan minerales puedes tener antojos de alimentos salados, de igual forma si careces de otras sustancias o vitaminas puedes sentir deseos de comer alimentos dulces o tomar cafeína.
Tus antojos puedes estar relacionados con las hormonas
Pasar por etapas como la menstruación, el embarazo o la menopausia hace que la testosterona y el estrógeno se desequilibren o se vean alterados, y nos lleven a caer en tentaciones de algunos alimentos.
Te encuentras atravesando conflictos emocionales
Es muy común refugiarse en la comida como "alimento emocional" cuando estamos insatisfechos en diferentes aspectos de nuestra vida, todos ellos relacionados con las emociones. Por ejemplo; no estás en tu mejor momento de pareja, tienes problemas con tus compañeros de trabajo, te sientes incomprendido, falto de amor, entre otras son todas causas que afectan y que nos llevan a buscar en el alimento un reemplazo para llenar un vacío existente.
Es importante darnos cuenta de que realmente no es hambre de comida lo que tenemos, sino hambre de amor, de compañía, de placer…
Tienes un desequilibrio
Esto quiere decir que tu cuerpo busca una estabilidad a través del consumo de alimentos yin, que vendrían a ser los de alto contenido en azúcar o crudos, cuando comes de forma habitual otros que son los llamados alimentos yang como carne o aquellos que son muy cocidos.
Ya sabes, la próxima vez que tengas un antojo detente para registrar qué es lo que tu cuerpo quiere decirte a través de ese deseo de alimento; si captas el mensaje, quizá puedas evitar comer algo que en realidad solo sirve para ocultar una emoción oculta.