Se cuenta que cuando Moshé Feldenkrais estaba ya cerca de su muerte, una persona cercana le preguntó:
“Moshé, cómo ves el futuro de tu método?
Entonces él contestó: Mira, en este trabajo hay básicamente tres grupos de personas:
Primero están los que vienen por un dolor; en un hombro, en una rodilla o en cualquier otra parte. Después de unas sesiones su dolor amaina o desaparece, y ellos se van. Esta es la mayoría.
Después están las personas que vienen por los mismos motivos pero se dan cuenta que para encontrar una solución más duradera hay que tener en cuenta más que solo el síntoma: hay que tener en cuenta la trama de relaciones que conlleva el problema. De estas personas hay muchas menos.
Y finalmente están los que se percatan del profundo potencial que hay en mi método para cambiar las creencias y paradigmas más arraigadas en uno. De esas personas hay muy pocas.
De todas formas, mi método está abierto para todos y es una elección libre y personal de cada uno cuánto quiere o puede aprovechar de su potencial.”