El encanto de la vida sencilla



Me gustaría contarte una historia, de superación, sí, aunque seguramente no pasaría el filtro de las grandes historias inspiradoras, pero seguro que algo aporta.Verás, conocí a esta persona hace muchísimo tiempo, provenía de una familia normal, de un pueblo cercano a Madrid, que emigró a la capital cuando ella tenía 4 años.

Con sus más y sus menos, la familia salió adelante, consiguió casa y dar una educación a sus hijos.

Pasaron los años y todo evolucionaba más o menos sobre el guión previsto para la sociedad de ese tiempo.

La niña creció, estudió y finalmente pasó por la Universidad, esto ya era una novedad, no había antecedentes de universitarios en la familia y tuvo que presionar para ir, no todo eran apoyos.

Terminó, encontró trabajo, se casó, tuvo un hijo, se divorció, y aquí empieza lo interesante.

No todo se ceñía a lo estándar, empezaba a salirse del guión, la propia familia así lo veía y aunque parecía no ocurrir nada, la transformación continuaba.

En algún momento, la transformación de nuestra prota se agudiza y deja un trabajo estable, bien considerado y monta a la nada desdeñable edad de 54 años un centro dedicado al coaching en una localidad próxima a Madrid.

Pérdida de los padres, algunos temas de salud e inconvenientes varios, nada especialmente destacable, dicho sea de paso, o al menos no especialmente rompedor, jalonan su vida y ella sigue adelante.

Llega la pandemia del 2020 y cierra su centro, fruto de un añorado y materailizado sueño que había arrancado 3 años antes.

Hasta aquí, insisto, algo no demasiado extraordinario.

Sigue con su andadura online y convierte su emprendimiento cada vez con más ahínco en su forma de vida.

Así las cosas, y como mucho añadir, sus al menos dos dolencias crónicas, su recorrido sigue adelante y finalmente la encontramos siendo un ser realmente ubicado y centrado en su misión y en su forma de vida.

¿Por qué cuento esta historia? Básicamente por dos motivos. Uno, no es necesario tener una historia vital extraordinaria para servir de modelo. Dos, no sólo en esos casos hay que agradecer el ejemplo y valorar la enseñanaza.

Más allá de los moldes conocidos, existen personas realmente extraordinarias, la inmensa mayoría, que con su contribución diaria libre de conflicto y confrontación, libre de queja y juicio, libre de mirarse el ombligo y libre de odio, aporta lo indecible a esta sociedad maltrecha por todo eso que no hacen y de lo que esta sociedad ya tiene más que suficiente con que unos pocos se pongan a ello.

El silencio tranquilo de atención a la propia vida, sólo porque es propia y es vida, emana al colectivo mucha más paz y armonía que muchos organismos internacionales que lo único que debaten es quien lleva más razón sin interesarse más allá por una parte u otra.

Y también, es mi intención destacar que en lo cotidiano pacífico, la persona no se siente apoyada ni bien tratada ya que el resto pendenciero e incediario quisiera que todos, absolutamente todos, apoyen lo que ellos predican o están fuera o, lo que es peor, son atacados por los dueños de la "verdad absoluta" que es de ellos únicamente.

Las historias más simples sirven de guía también para el aplauso y el interés y no es menos importante que estar en las barricadas, estar trasladando al mundo un pulso pausado, amoroso y equilibrado para que la energía de unos y otros entren en armonía más pronto que tarde, porque lo que es vibración letal tenemos más que de sobra y nos faltan muchos individuos con historias preciosas de sencillez llenas de propósito y enfoque perfecto para una vida preciosa, extraordinaria y feliz.

Y tú, ¿cómo te cuentas tu vida?

Fuente: este post proviene de Coaching 4D, atrévete a incorporar hábitos potenciadores a tu vida, donde puedes consultar el contenido original.
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