Celebrarnos es algo que podemos hacer de muchísimas maneras. Justo alguien hoy en la clase de yoga me dijo “solo te llaman ciertas personas cuando algo malo pasa, nadie nunca te llama para contarte buenas noticias”. Esta frase la he escuchado muchas veces pero no se porque hoy me sonó diferente y me quedé pensando. Es verdad que no estamos acostumbrados a llamar para cuando pasa algo realmente bueno. Claro que a algunas personas muy cercanas sí, pero no es una política que se extienda a círculos más amplios. Quizás porque muchas personas temen alardear o hacer sentir mal a otros con lo bien que les va. Si lo piensas, es un poco triste. Vivimos en una manera en que no nos apetece salir a la calle a celebrar todo lo bueno que pasa con otra persona o con nosotros. Solo lo malo y para comentarlo todo el día.
Para empezar a corregir esto un poquito, lo primero que tenemos que hacer es empezar a celebrarnos a nosotras/os mismas/os. Puede que suene un poco ridículo, pero por experiencia te digo que desarrollar una relación contigo en que te sientas apoyada por una parte de tí tiene un hermoso y profundo efecto. Como si una voz maternal o fraternal o amistosa, o de lo que sea te dijera “uuuu que bien Franci, me alegro de que las cosas estén funcionando, que bonito te felicito”. Un golpecito en la espalda y una mirada amorosa desde el interior.
Recuerdo en el último retiro de los monjes de Plum Village que se hizo en Chile el año pasado como parte de la gira Vivir despiertos, una monja nos hablaba de la importancia de hablarse con amor, de darnos apoyo, de tomar nuestra propia mano con gentileza. Algo que tan a menudo hacemos por los amigos y familiares, rara vez lo hacemos por nosotros mismos. Rara vez nos decimos en silencio y con presencia, “Estoy contigo y nunca te abandonaré”.
Celebrar es como hacer ese gesto, pero exacerbado a positivo. Quieres darte un capricho porque sí, porque te lo merecer, por ser, por vivir, por avanzar, por intentarlo. Es como decir “Excelente que todo esta saliendo tan bien o que vas avanzando en esto, te ha costado, ha sido difícil, deberíamos celebrarnos con un delicioso chocolate”. (claramente me gustan los chocolates, jjiijijij). Esto claramente es solo un ejemplo. Cuando nos vamos a la cama y pensamos en nuestro días, podemos ver todas las cosas que han significado un aporte y esto, tan simple es una forma pequeña de celebración. O ir al cine, o regalarte un baño de tina, o una sopa o una buena película o libro. Lo que sea que para ti sea una forma de premio. Adquirir este hábito de al menos una vez a la semana o mínimo 15 días darte un premio es realmente poderoso para construir una relación amorosa contigo misma/o.
Ponla en práctica y cuéntame en los comentarios cuales son las formas en que te premias para que así se nos ocurran nuevas y distintas formas de hacernos un cariño.
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Un abrazo.
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