Descubre con qué enfermedades no debes hacer deporte

Es evidente que hacer deporte es el hábito más saludable para nuestra salud. Probablemente realizar ejercicio junto con una dieta equilibrada sea la mejor medicina preventiva que podamos realizar, ya que de esa forma, además de sentirnos bien por dentro y por fuera (mens sana in corpore sano) ayudamos a prevenir la aparición de muchas enfermedades.



Pero no siempre se puede hacer deporte, o mejor dicho, no siempre podemos hacer cualquier deporte que nos interesaría. Así, por ejemplo, si tenemos diagnosticada problemas de espalda, hernias, lumbociatalgias, no es nada recomendable e incluso sería perjudicial realizar running, sobre todo por superficies duras y durante bastante tiempo, ya que al correr la hernia se vería más afectada y podría ir a peor. Lo mejor para los casos de problemas de espalda, aquellos que ya dijimos, viene estupendamente bien realizar otros deportes de menor impacto, tales como yoga, pilates y sobre todo mucha piscina (estilo crol y espalda), también viene muy bien ir al gimnasio y realizar de forma moderada rodajes de elíptica y determinados ejercicios musculares de espalda, pero con poco peso y muy atentos a realizar bien las posturas. Y sobre todo antes y después del ejercicio estirar muy bien.
También hay ciertas enfermedades crónicas respiratorias como pudiera ser el asma, o enfermedades como la escarlatina, para lo que están desaconsejados ciertos deportes específicos, como maratones y running a grandes distancia, carreras de fondo, esquí, etc. en general aquellos en los que se requiere un esfuerzo más intenso y prolongado de lo normal y que se desarrollan en ambientes secos y fríos. De todos modos siempre que el “enfermo” esté bajo un estricto control médico puede realizar con moderación cualquiera de estos deportes. De hecho antiguamente se desaconsejaba a los asmáticos la práctica de casi cualquier deporte, pero desde hace un tiempo los médicos han cambiado de opinión y ahora recomiendan a quien padezca esta enfermedad crónica la realización de ejercicio físico ya que el mismo ayuda a controlar el nivel de la enfermedad mejorando incluso el umbral de la crisis. Si el asma está vigilado y controlado (normalmente a través de la inhalación de broncodilatadores y reduciendo los factores que la provocan), el riesgo de la enfermedad no restringe para nada la práctica de deporte, incluso muchos deportistas de gran nivel padecen esta enfermedad, demostrando con ello que si quieres no existen límites.
En el caso de tener la mala suerte de sufrir enfermedades cardiovasculares, se desaconseja la práctica de deportes que impliquen un esfuerzo intenso y violento, como los deportes de resistencia junto con aquellos que exijan la realización de sobreesfuerzos, ya que pueden provocar una crisis cardiaca. Pero esto no debe ser una excusa, el cuerpo está hecho para moverse e incluso aun padeciendo esta enfermedad es necesario realizar algún ejercicio físico como caminar, ciclismo de mantenimiento, remo, carrera continua, esquí, golf y aquellos que impliquen una intensidad suave o moderada.
Si te ha gustado este artículo puedes ver muchos más en la portada de mi blog.
 
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?
Esta información nunca debe sustituir a la opinión de un médico. Ante cualquier duda, consulta con profesionales.

Recomendamos