¡ES POSIBLE!
La decisión de dejar de fumar, una de las más importante para un fumador, solo puede traer beneficios para tu salud. Recuerda que el consumo de tabaco es la primera causa de enfermedad, discapacidad y muerte prematura evitable en la población española.
Parte de estos efectos nocivos sobre la salud se producen por su interacción con la alimentación y nuestro estado nutricional, ya que, incluso cuando se comparan las mismas ingestas de fumadores y no fumadores, los primeros tienen disminuido en sangre el aporte de nutrientes básicos beneficiosos.
Las ventajas de dejar de fumar los disfrutarás desde el primer día:
Menor riesgo de enfermedades pulmonares, cardíacas y cáncer.
Irás recuperando capacidad pulmonar y resistencia física.
Podrás sentirte orgolluso/a de este reto conseguido que significa cuidarte.
Disfrutarás de sabores y olores que antes no percibías por el deterioro de tus sentidos.
Los nutrientes beneficiosos aportados por la dieta no se verán mermados por su sinergia con los componentes del tabaco. En los fumadores se dan carencias de vitamina como C, E, folatos y minerales antioxidantes como zinc y manganeso que pueden repercutir en distintos niveles, desde envejecimiento prematuro, a nuestra salud cardiovascular o sistema inmune.
Es cierto que hasta el 85% de personas ganan entre 2 y 5 kg de peso en los meses siguientes a dejar de fumar pero es controlable si sigues el tratamiento nutricional adecuado y se trata la ansiedad, sin recurrir a las compensaciones alimenticias.
¿Cómo afecta a nuestra alimentación dejar de fumar?
Los fumadores sacian algunos episodios de hambre con los cigarrillos y sustituyen parte de los alimentos de su dieta por esta adicción , por ello, puedes incurrir en déficit nutricionales importantes.
El tabaco se asocia a un mayor consumo de café, alcohol y comidas poco saludables ricas en hidratos de carbono simples y grasas insalubres.
Se da un menor consumo de frutas y vegetales frescos ricos en vitaminas y minerales antioxidantes que compensan los efectos nocivos del tabaco.
Sentidos como el gusto y el olfato se ven afectados considerablemente impidiendo que puedas disfrutar de los verdaderos sabores y olores.
El nerviosismo ante la deshabituación puede traducirse en un aumento de picoteo de alimentos insanos como compensación emocional.
¿Qué hábitos alimentarios puedo adquirir para manejar mi peso dejando de fumar?
Ordenar mis comidas y establecer pequeñas rutinas saludables en mi alimentación para aportar todos los grupos de alimentos que mi cuerpo necesita.
Seleccionar como base de mi alimentación productos vegetales y frutas ricos en vitaminas y minerales antioxidantes que ayuden a mi organismo a activar su equilibrio nutricional en pocas calorías.
Moderar el consumo de cafés diarios para hacer nuestra dieta más flexible.
Aumentar el consumo de agua hasta 1.5-2 litros para recuperar la hidratación de nuestra piel y el correcto funcionamiento renal.
Elegir alimentos naturales y poco procesados que incluir en nuestro menú y el de nuestra familia.
¡¡Dejar de fumar y no engordar es posible!!
Con nuestro tratamiento para dejar de fumar puedes solicitar tu valoración nutricional gratuita para conocer tu punto de partida y recibe nuestros consejos nutricionales esenciales. Si necesitas perder peso, puedes acogerte a nuestros planes nutricionales personalizados e ir integrando en tu vida los hábitos saludables que necesitas.
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