El picor muchas veces está correlacionado con el dolor. Estos son los últimos descubrimientos científicos sobre este dolor de cabeza difícil de resolver, el picor.
Hay un aspecto poco conocido de los estudios sobre el dolor crónico que hace tiempo está en observación, se trata del picazón crónico, una sensación relacionada con un gran número de patologías desde el eczema a las alergias, pasando por daños neurológicos y enfermedades renales.
Se estima que una de cada cinco personas lo experimentan en algún momento de la vida, y los medicamentos para su tratamiento, antihistamínicos , no suelen ser eficaces.
¿Por qué rascarse hace que no pique más el picor?
Este círculo vicioso, según un estudio realizado por la Washington University School of Medicine y publicado en la revista Neuron, se debe a la serotonina que el cerebro deja ir en respuesta al leve dolor que ejercen las uñas sobre la piel cuando nos rascamos.
Al rascarnos se activan los mismos circuitos del dolor. Durante unos momentos se genera como un “cortocircuito” entre picor y dolor, una interferencia que es lo que nos hace pensar que ya no nos pica. Las neuronas de la columna cerebral transmiten señales de dolor y no de picor. Cuando el cerebro recibe las señales de dolor, responde produciendo el neurotransmisor de serotonina, para atenuar el dolor. Y eso es lo que realmente nos da sensación de que el picor haya dejado de picar.
Es decir, las señales de dolor y de picor se transmiten por distintas vías pero relacionadas entre sí. El hecho de rascarse hace que aliviemos la sensación de picor creando un leve dolor en el cuerpo, pero si el cuerpo responde a las señales de dolor es cuando la situación empeora el picor. Por eso muchas veces el picor no sólo no se va sino que aumenta.
Este es el problema para aquellos que sufren de picazón crónica. Cuanto más nos rascamos, más queremos seguir haciéndolo. Gil Yosipovitch, dermatólogo de la Universidad de Miami , ha demostrado que el acto de rascarse activa los centros de placer y recompensa en el cerebro, y las personas que sufren de picazón crónica lo hace más y más evidente con el paso del tiempo. Es por eso que cuesta mucho acabar con este picor mediante fármacos.
Además, estos pacientes también parecen ser más susceptibles a la picazón contagiosa. Es decir, el acto de rascarse con urgencia viene dictado sólo por el cerebro, y deriva de ver a otra persona que se está rascando. Este mecanismo se desarrolló como una señal social para ayudar a eliminar los parásitos de la piel y a día de hoy sigue ocurriendo en algunas personas. No les pasa a todo el mundo pero sí es una de las razones por las que ciertas personas tienden a rascarse.
Otro factor negativo es que no todos los picores son iguales. El tratamiento que funciona en ciertos tipos de prurito puede llegar a ser totalmente ineficaz para otros. Sin embargo, en el caso de la picazón crónica existen puntos que siempre coinciden como el dolor crónico (un denominador bastante común) y el estrés, uno de los peores agravantes de la situación. Por lo que las investigaciones actuales sugieren encaminar el picor crónico tratando estos dos puntos claves.
En este vídeo el Dr. Eduardo Lopez Bran nos habla sobre el picor:
¿Te rascas hasta provocarte heridas en la piel?… por compartircosasbuenas
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