Existen varias causas que producen la pérdida de neuronas. Hábitos como el comer, dormir o ¡incluso platicar! Lo importante es que es posible evitar y revertir esos daños. Especialistas en neurología han revelado que una serie de hábitos cotidianos podrían afectar las capacidades cerebrales, lo cual se pueden evitar modificando un poco nuestra rutina.
La mala alimentación
Los comestibles infantiles no evitan la malnutrición en enfermos de Alzheimer. Si bien hasta el momento no se había planteado que la mala alimentación pudiese influir tanto en la evolución de estas nosologías, se ha observado que el proceso del deterioro de la conducta es más veloz cuando no hay aporte suficiente y equilibrado de nutrientes, y que una adecuada nutrición minimiza los efectos de la evolución de la enfermedad.
Conforme este instituto, en las primeras etapas del Alzheimer, que afecta prácticamente al ocho por ciento de la población de España de sobra de sesenta y cinco años de edad, los pacientes se pueden localizar con una situación de confusión extendida que les lleva a cocinar y a proseguir dietas inapropiadas, o bien que aún les complica la propia acción de alimentarse.
Consecuencias
Las consecuencias de la mala alimentación, conforme confirman múltiples estudios, se traduce en perturbaciones del sistema inmunológico, inconvenientes de cicatrización de heridas, un incremento de úlceras, la pérdida de fuerza muscular y un mayor peligro de hospitalización.
Además de esto, a esta inapropiada nutrición asimismo se pueden sumar factores que agudicen la situación, y que son parcialmente usuales, como una falta de hambre debido a un estado de depresión y de agobio, o bien la incapacidad para ingerir o bien digerir ciertos comestibles.
Para los especialistas en alimentación, recurrir a la ingesta de comestibles infantiles, como se hace a menudo, no es conveniente en tanto que no están amoldados a sus necesidades y comportan un peligro serio de malnutrición. Consideran además de esto que hoy en día existen comestibles amoldados para personas mayores, que aparte de aportar los nutrientes precisos, se aceptan bien por el hecho de que son las dietas denominadas blandas, ya que ayudan y facilitan la digestión de los paciente.
La nutrición básica amoldada
Es un término renovador en la alimentación, que por su aporte de vitaminas, proteínas y minerales asegura una adecuada y agradable nutrición. En el mercado actual hay productos particularmente dispuestos para los ancianos con Alzheimer, que aparte de ser muy sencillos de digerir, ayudan a controlar el contenido de sal ingerido, el colesterol y los azúcares que se venden en las farmacias, y que son una herramienta para asistir a progresar la calidad de vida de los ancianos.