No, no has leído mal. Cada día son más las personas que deciden tatuarse los dientes en lugar de su piel y este es el mejor momento para muchos. Esto puede parecer algo extraño, pero con las nuevas técnicas de odontología ya es posible. Además, no son permanentes y su colocación no es dolorosa. Primero empezaron a usarlo las adolescentes japonesas, que incluso se lo hacían a juego con la manicura. Pero ahora se ha extendido y en Estados Unidos y Gran Bretaña están causando furor.
Para el Dr. Iván Malagón, odontólogo especialista en Estética Dental y director de Iván Malagon*Clinic, lo primero que hay que tener en cuenta es que no se hacen directamente sobre el esmalte de los dientes originales porque esto los dañaría para el futuro. Se trata de diseños que se aplican sobre implantes, fundas o carillas para no comprometer el esmalte. Es más, si se hacen sutilmente, o por la cara palatina, puede crear tendencia y ser una forma más de expresión artística corporal”.
El procedimiento es muy sencillo: primero el usuario elige el motivo que se quiere tatuar, el dentista realiza un molde del diente donde se va a aplicar y es sobre este material sobre el que se imprime el diseño. La colocación se realiza de la misma manera que lo haríamos con implante, funda o carilla y sus cuidados también son los mismos.
Según las tendencias que llegan desde otros países, en Estados Unidos prefieren hacerse un tatuaje dental en los molares posteriores mientras que en Gran Bretaña los diseños más demandados son las caras de Amy Winehouse, David Beckham, Tiger Woods y la más 'brithis' de todas, la mismisima reina Elisabeth. Existen, incluso, catálogos de imágenes donde elegir, o por un precio más alto, diseñar tu propio tatuaje personalizado.
¿Qué os parece esta curiosa moda?
Imágenes: mac.rj/Flickr y Håkan Dahlström/Flickr.