A partir de esa edad, las posibilidades de que el feto desarrolle alguna enfermedad aumentan considerablemente. Por ello, en estos casos, las pruebas de diagnóstico prenatal cobran mayor importancia. Hay que saber distinguir entre dos tipos de técnicas:
- Invasivas: son aquellas en las que se requiere actuación directa en el útero de la mujer embarazada. En este grupo se encuentra la amniocentesis (análisis de una muestra extraída del líquido amniótico) y la biopsia corial (análisis de las células de la placenta). Ambas pruebas ofrecen una fiabilidad del 98% y un riesgo de aborto mínimo. El problema de la amniocentesis es que el diagnóstico se obtiene cuando el embarazo está ya bastante avanzado.
- No invasivas: tanto las ecografías de alta resolución para medir parámetros del feto como el hueso de la nariz y pliegue de la nuca, como los análisis de sangre a la madre para determinar los niveles de algunas sustancias, son algunas de las pruebas que se encuentran en este grupo. Los resultados obtenidos podrían derivar en la necesidad de llevar a cabo pruebas invasivas.
¿Te has sometido alguna vez a alguna de estas pruebas?