El Dr. Shi lo lleva a su laboratorio y pudo aislar y reproducir esas que serían las poderosas células y preservarlas, así en un futuro se pueda utilizar su potencial regenerativo.
Esto fue un adelanto para la ciencia, de un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Investigación Dental y Cráneo-facial, y fue que gracias a un diente de leche que se le cayó a la hija del doctor Songtao Shi, "Una vez que se le cayó, comenzamos a mirarlo cuidadosamente", dijo Shi.
Miró ese tejido rojo en la raíz del diente, lo extrajo y lo llevó a examinar en su laboratorio, y topó con la cualidad que ese tejido tiene la habilidad de ser manipulado en el laboratorio para formar hueso, dentina e incluso células nerviosas, que son éstas últimas la que más de utilidad les será en dar tratamiento a daños neuronales.
Hay que tomar en cuenta que luego de caer el diente solo se tienen 72 horas para que le sean extraídas las células madre. De la muela del juicio de un joven de 16 años en México se extrajo tres millones de ellas.
Estas células se pueden preservar en un banco de células hasta por espacio de 5 años.
Nos remonta a recordar, que al caérsenos un diente cuando éramos niños, lo poníamos debajo de la almohada con la ilusión de que el ratón nos dejara dinero; y ahora de adultos, nos enteramos de este gran descubrimiento para la humanidad.
Hay que hacerle conciencia a las futuras generaciones, que ese diente de leche, vale más que dinero, porque dará vida a alquien más...
Imágen: Blog Saber que...
Fuente: National Institute of Health
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