Hoy más que nunca, existe como una especie de concienciación un poco más arraigada acerca del cuidado de la salud. Cambios en el estilo de vida y la búsqueda de una mayor calidad de la misma, surgen como alternativas aplicables. No es extraño, que ellas acompañen muchas estrategias novedosas, que perciben la salud de forma integral.
Y todo esto, no debe ser visto como una tendencia pasajera, al contrario, obedece a un proceso de decantación. Sobre todo, porque su implementación, no está ajena a una serie de parámetros biológicos, que ahora son mejor comprendidos.
Esto lo menciono, porque una seguidora mayor de cincuenta años, residente en Argentina, posee una inquietud, acerca del funcionamiento del sistema inmunológico. Ella se comunicó conmigo a través de las redes y me manifestó un deseo, posiblemente despertado por la cuarentena. Fue muy directa y me pidió conocer un poco más, sobre hábitos saludables, que permitan fortalecer el sistema inmunológico.
Este tema está muy relacionado con gran parte de lo que realizo, como profesional de la salud. Así que, con mucho cariño compilé para ella, información relevante acerca del sistema inmunológico, incluyendo su conformación y funciones. También, incluí una serie de elementos que deben considerarse, para mantener este importante sistema, a la altura de los requerimientos de la vida actual.
Toda esta información, me sirvió de base para realizar un sencillo artículo que puede ser provechosa, para muchos de mis fieles lectores.
Recordando ciertos elementos acerca del sistema inmunológico
El sistema inmunológico, permite que se lleve a cabo el proceso natural de defensa del organismo humano. Definitivamente sin su presencia, con toda certeza, habría mayor frecuencia de enfermedades, debido al incesante ataque de agentes patológicos. Entre ellos, hongos, virus, bacterias y parásitos.
Este sistema, incluye una serie de mecanismos y está constituido por células, tejidos y órganos especializados, que interactúan de forma armónica para dar protección. Entre ellos destacan: barreras físico-químicas, como la piel y mucosas, factores humorales, células fagocíticas y células bactericidas y bacteriostáticas.
Además de ello, incluye, el sistema del complemento, que son un conjunto de veinte proteínas que circulan por la sangre y los linfocitos asesinos naturales. Se ha establecido, que el sistema del complemento, posee un rol fundamental en la inflamación y defensa contra algunas infecciones bacterianas.
Este sistema puede activarse, luego de procesos de transfusiones sanguíneas incompatibles. Además de ello, también se puede activar, cuando ocurren respuestas perjudiciales que se presentan en las enfermedades autoinmunitarias.
Todos estos componentes, se denominan, inmunidad innata y es considerado un sistema defensivo rápido. Un buen ejemplo, lo constituye el reflejo de la tos, las enzimas que se producen en las lágrimas, y los lípidos presentes en la piel.
Además de ello, los ácidos gástricos y la capa de mucosidad de las vías aéreas. Esta mucosidad, constituye un filtro eficaz, atrapando microorganismos patógenos y partículas dañinas, e impidiendo que lleguen a los pulmones. Vale mencionar, que los microorganismos benéficos de la flora intestinal, también forman parte de este sistema defensivo.
Está comprobado que un desbalance nutricional desde la infancia, altera el equilibrio de las bacterias intestinales benéficas. Este desbalance puede ocurrir por efecto de la alimentación con fórmulas infantiles no adecuadas, el estrés y las enfermedades gastrointestinales.
¿Cómo se adquiere la inmunidad en el cuerpo?
Los investigadores, han logrado comprobar que el sistema inmune es capaz de ejercer su acción protectora mediante diferentes mecanismos. Es importante recalcar, que todas esas barreras físicas mencionadas anteriormente, conforman un escudo físico-químico protector.
El mismo, se apoya en el pH del jugo gástrico, el manto ácido de la piel, las enzimas de las lágrimas o de la saliva y la microbiota intestinal. Los componentes de este escudo, están presentes antes de la exposición a microorganismos infecciosos u otras macromoléculas extrañas. Es decir, su número no aumenta por la presencia de compuestos extraños y tampoco realizan selectividad ante ellos. Es por esto, que este tipo de inmunidad, se denomina natural y es conocida también como inespecífica o innata.
Sin embargo, el organismo posee otra serie de mecanismos de defensa que son estimuladas por la presencia de sustancias extrañas. En este caso, si existe especificidad, para las diferentes macromoléculas. Esto hace que el mecanismo de defensa, aumente la magnitud y capacidad defensiva frente a exposiciones sucesivas a una macromolécula en particular. Estos mecanismos, son denominados como inmunidad específica o adquirida.
Se ha observado, que los procesos de resistencia adquirida, están mediados por mecanismos inmunes específicos de antígeno. Esta especificidad, puede manifestarse , luego de sufrir una enfermedad, mediante el transporte asintomático del patógeno, albergando un organismo con una estructura similar (reacción cruzada) o mediante vacunación.
En el caso de la inmunidad adquirida, contra enfermedades infecciosas puede estar mediada por anticuerpos y / o linfocitos T. Ellos pueden desempeñar diversas actuaciones sobre los patógenos. Puede ocurrir también una neutralización del virus, impidiendo que los mismos, ingresen a las células. Incluso, logrando aniquilar una célula parasitada por un microorganismo.
¿Por qué a veces no funciona nuestro sistema inmunológico?
Al producirse una respuesta inmunitaria eficiente, el organismo puede protegerse contra una serie de trastornos y enfermedades. A su vez, una respuesta inmunitaria ineficiente, conlleva al desarrollo de una gran cantidad de enfermedades.
Deficiencias inmunes congénitas
En ciertos momentos, el sistema inmunológico no funciona adecuadamente. Ello, puede ser consecuencia de una serie de deficiencias inmunes congénitas, que se expresan al nacer. Un claro ejemplo de esta enfermedad, denominada inmunodeficiencia combinada severa, se expresa en niños que nacen sin una serie de glóbulos blancos importantes. Un ejemplo inolvidable se vivió en la década de 1970, cuando un niño tuvo que vivir en un ambiente descontaminado, recurriendo a una burbuja plástica.
Respuesta inmunitaria hiperactiva
A su vez, se ha observado, que una respuesta inmunitaria excesiva, errónea o deficiente, puede acarrear una serie de trastornos en el sistema inmunológico. Dentro de estas respuestas inmunitaria hiperactivas, destacan las enfermedades autoinmunes. En esos casos, los anticuerpos atacan los tejidos del propio organismo. Existen enfermedades, que provocan deficiencias inmunes temporales, tales como la gripe, mononucleosis y sarampión.
Deficiencia Inmune temporal
Se menciona también el caso de ciertos compuestos como el alcohol y el cigarrillo y una nutrición inadecuada, que son responsables de causar deficiencia inmune temporal. De hecho, algunos medicamentos empleados para y durante los procesos de trasplante, así como en procesos de quimioterapia, también poseen este efecto negativo sobre el sistema inmune.
Inmuno deficiencia adquirida
Además de ello, se encuentran una serie de enfermedades, que provocan lo denominado inmuno deficiencia adquirida. El caso más conocido es el SIDA, causada por el VIH, una enfermedad viral adquirida que destruye los glóbulos blancos. Se ha observado también, que a raíz de la presencia de un sistema inmune deprimido, sobrevienen una serie de infecciones. En forma general, tales infecciones, son denominadas oportunistas, debido a que atacan a las personas con sistemas inmunitarios débiles.
¿Qué implicaciones acarrea poseer un sistema inmunológico hiperactivo?
Al nacer con ciertos genes, el sistema inmunológico puede reaccionar a una serie de sustancias, presentes en el medio ambiente. Estas sustancias, por lo general son inofensivas para la mayoría de las personas. Sin embargo, para quienes tienen sistemas inmunológicos hiperactivos, producen una serie de reacciones adversas conocidas normalmente como alergias. Muchas de ellas, son denominadas alérgenos y dentro de las más conocidas se mencionan: polen, polvo, humo y moho.
Dentro de los ejemplos más conocidos, de enfermedades originadas por un sistema inmune hiperactivo se encuentran:
Diabetes mellitus tipo 1
Artritis reumatoide
Eccema
Asma
Rinitis alérgica
Lupus eritomatoso
Enfermedad celíaca
Cirrosis biliar primaria
Tiroiditis autoinmune
Esclerosis múltiple
¿Es posible estimular el sistema inmunológico?
Es importante concienciar que permanentemente, todas las personas están expuestas a cientos de microorganismos. Ellos pueden acceder a nuestro cuerpo a través de las vías aéreas, al ingerir algo o simplemente por cualquiera de las membranas mucosas. Por ello, hay mucha ciencia detrás de esta respuesta, que ha establecido que si es posible estimularlo. Este estímulo, pasa necesariamente por un cambio en el estilo de vida, una sana alimentación y el uso de alternativas naturales.
Estrategias naturales para estimular el sistema inmunológico
Incorporación de alimentos ricos en vitaminas esenciales
Son muchos los estudios vinculados con la presencia de una a alimentación equilibrada que contenga los macro y micronutrientes clave para el desarrollo de diversos procesos metabólicos. Les mencionaré un listado de los más relevantes.
1. Vitamina A
La vitamina A, está considerada como esencial para muchos procesos fisiológicos. Se mencionan entre ellos, el mantenimiento de la integridad y la función de todos los tejidos superficiales (epitelios), que cubren importantes órganos. Estos son, la piel, tracto respiratorio, vejiga, aparato digestivo, oído interno y ojos.
Es responsable de la integridad de las mucosas, coadyuvando a evitar las infecciones.
Se obtiene naturalmente en alimentos vegetales que contienen provitamina A o carotenoides: batata, calabaza, kale, coles, zanahoria, pimiento rojo, acelgas y espinacas.
2. Vitamina C
Se cataloga como un micronutriente esencial hidrosoluble, cumpliendo una serie de funciones pleiotrópicas relacionadas con su capacidad para donar electrones.
Es considerado un potente antioxidante y cofactor para una gran cantidad de enzimas. Las mismas participan en procesos biosintéticos y reguladores.
Fortalece el sistema inmune innato y adaptativo.
Ayuda a incrementar la producción de interferón (sustancia celular que impide a una amplia gama de virus provocar infecciones).
Es muy importante para formar colágeno, componente esencial que contribuye al mantenimiento de las barreras naturales contra las infecciones.
Se puede conseguir de forma natural en: limón, lima, pomelo, mandarina, kiwi, guayaba, mango, piña, caqui, melón, fresas, bayas, pimientos, coles de Bruselas, berros, kale, tomate y judías verdes.
3. Vitamina E
Desde hace muchos años, se sabe que esta vitamina liposoluble, es un potente antioxidante.
Posee una gran capacidad para la modulación de las funciones inmunes.
Ayuda a mejorar de forma importante la inmunidad celular. Sobre todo, la debida a los procesos de envejecimiento o provocadas por enfermedades que generan inmunodeficiencia como el SIDA.
Ayuda a mejorar el desempeño del timo y por ende, el de las células T.
Preserva y estimular el funcionamiento del sistema inmune, sobre todo en adultos mayores.
Se puede conseguir de forma natural en: aceite de oliva virgen extra, aceite de germen de trigo, aceite de avellanas, aceite y semillas de girasol.
Se encuentra en proporciones importantes en hortalizas de hojas verdes y frutos secos.
4. Vitaminas del complejo B
La investigación, ha logrado describir ciertos desequilibrios del sistema inmunológico asociados con la insuficiencia de vitaminas del grupo B. Ya es muy conocido, el papel del ácido fólico o vitamina B9, sobre su efecto positivo en la respuesta de los linfocitos.
Ayuda a mejorar los niveles de anticuerpos del sistema inmune.
Son fundamentales para la adecuada producción de anticuerpos.
Pueden ayudar al tratamiento de: alcoholismo, diabetes, lupus, artritis reumatoide, enfermedad de Crohn y VIH.
Se encuentran en proporciones importantes en carne de ternera, carne de cerdo, pollo, huevos y pavos de granja.
Se consiguen en: las truchas, leche, queso, yogurt, cereales fortificados, leguminosas, hortalizas de hoja verde, aguacates y hongos.
Ingesta de alimentos con micronutrientes clave
Desde hace unos años, se ha logrado demostrar, que algunos elementos trazan o micronutrientes influyen en el funcionamiento adecuado del sistema inmunitario. Dentro de ellos destacan el cobre, el hierro, el zinc y el selenio. Su equilibrio debe ser tomado muy en cuenta, pues tanto su déficit, como sus excesos, influyen de forma notoria en diversos parámetros del sistema inmunitario. Como ejemplo se mencionan las respuestas adecuadas de los anticuerpos y la mayor o menor actividad de las células asesinas naturales.
5. Hierro
Durante las últimas décadas se ha recopilado mucha evidencia experimental en torno al hierro.
Su deficiencia afecta la capacidad del organismo, con relación a una respuesta inmune adecuada.
Juega un rol destacado en la proliferación y maduración de las células inmunes.
Su déficit suele detectarse como anemia ferropénica.
Se consigue naturalmente en: espinacas, frijoles, garbanzos, lentejas, soya, brócoli, quinoa, tofu y semillas de calabaza.
6. Zinc
La importancia del zinc, es conocida desde hace muchas décadas, a nivel de plantas y animales. Sin embargo, su esencialidad a nivel del hombre, solo se detectó hace alrededor de unos cincuenta años, en áreas del Oriente Medio. Se produjeron una serie de muertes provocadas por disfunciones inmunes severas, que afectan principalmente a las células T. Además, se observó la presencia de hiperamonemia (amonio en la sangre), disminución de la masa corporal magra y trastornos neurosensoriales.
Su deficiencia, es prevalente en el mundo en vías de desarrollo, afectando unos dos mil millones de personas.
Uno de los efectos notorios de la deficiencia, es el retraso en el crecimiento.
El déficit de zinc, influye negativamente en el sistema inmunológico.
Afecta directamente a los órganos linfoides (productores de linfocitos), lesionando así la respuesta inmunológica.
Altos contenidos de zinc se consiguen mayormente en: semillas de calabaza, huevos, lentejas, garbanzos, frijoles, hongos, kale y piñones.
7. Selenio
El selenio, ha sido bien caracterizado desde hace un tiempo. Él se encuentra presente, en diversos alimentos, siendo incluso añadido como suplemento en ciertos alimentos.
Forma parte de importantes proteínas metabólica denominadas selenoproteínas. suplemento dietético. Estos compuestos bioactivos, juegan un papel destacado en el metabolismo de la hormona tiroidea, efectos antioxidantes, síntesis de ADN y efectos protectores frente a las infecciones.
El déficit de selenio, afecta nuestro sistema inmunológico, específicamente las actividades vinculadas con el desarrollo de los linfocitos, actividad bactericida y el adecuado desempeño de los anticuerpos sobre determinados tóxicos.
Se consigue en alimentos como: nueces de Brasil, huevos de granja, pan integral, frijoles, avena, yogur natural y lentejas.
8. Cobre
El cobre es un mineral esencial para las reacciones de oxidación-reducción que involucran oxidasas que contienen cobre.
Regulan diversas vías fisiológicas, como la producción de energía, el metabolismo del hierro, la maduración del tejido conectivo y la neurotransmisión.
La deficiencia de cobre puede conducir a neutropenia, es decir, presencia de cantidades anormalmente bajas de neutrófilos, el tipo de glóbulos blancos más abundante.
Al haber deficiencia de cobre, puede producir mayor susceptibilidad a los procesos infecciosos.
Al disminuir los niveles de cobre, se impide una adecuada regulación de la renovación de las células sanguíneas.
Se encuentra en alimentos como: espirulina, hongos shiitake, anacardo y almendras, batatas, tofu, semillas de sésamo, garbanzos, chocolate negro y aguacate.
Consumo de alimentos ricos en betaglucanos
Los beta-glucanos son polisacáridos naturales. De acuerdo a la evidencia científica, estos compuestos, logran estimular eficazmente las defensas de nuestro organismo.
Actúan como modificadores de la respuesta biológica modulando la respuesta inmunitaria.
Ayudan a favorecer los procesos de protección frente a diversas enfermedades e infecciones causadas por bacterias, virus, hongos y parásitos.
Favorecen el funcionamiento del sistema cardiovascular y evitan el desarrollo de procesos oncológicos.
Pueden obtenerse a partir de muchos alimentos y en forma de complemento alimenticio. Dentro de estos alimentos destacan: Hongos (shiitake, reishi, maitake y champiñón del sol), Avena, cebada.
Mi fórmula IMMUNE 360, es un excelente complemento realizado con materia prima de origen orgánico, desarrollado por mí y otros científicos. Se ha comprobado que los beta glucanos ayudan a reducir las infecciones del tracto respiratorio superior. Además de ello, coadyuvan en la supresión inmune, los síntomas de alergias, resfriado y la gripe, además de ello, ayudan a reducir los efectos de la fatiga tras el ejercicio. Incluso, ayudan a reducir el tiempo de convalecencia y los niveles de estrés.
Empleo de alimentos que estimulan la flora benéfica
El sistema digestivo es uno de los ambientes naturales que tiene mayor actividad microbiológica. Se ha observado que el mismo desempeña un papel crucial en el funcionamiento del sistema inmunitario de las mucosas.
De acuerdo a una investigación publicada en Critical Reviews en Food Science and Nutrition, se mencionan hallazgos importantes. Entre ellos, la prevención de enfermedades inmunomediadas en la infancia. Esto se logra, al mejorar el sistema inmunitario de la mucosa intestinal.
Las mucosas, por efecto de los alimentos probióticos ingeridos, estimulan el sistema inmunitario.
Constituye una red de señales ayudadas por la presencia de la pared celular de las bacterias benéficas. Un ejemplo muy importante lo tenemos, en la presencia del intestino permeable. Esta anomalía produce una gran cantidad de sensibilidades alimentarias, desequilibrio inmunitario, enfermedades autoinmunes y la presencia de un sistema inmunitario disminuido en su capacidad.
Se consigue en los alimentos y suplementos probióticos y prebióticos, los cuales son muy ricos en bacterias benéficas con una alta capacidad biológica, o bien favorecen la multiplicación de las mismas.
Dentro de estos alimentos destacan: Yogur natural, Chucrut, Kéfir, Ajo
Incorporación a la dieta de plantas potenciadoras del sistema inmunológico
Existen algunas plantas, que han sido empleadas por diversas medicinas tradicionales como la China y la Ayurvédica de la India. Estas plantas, han estado presentes desde hace siglos, como fuentes orgánicas de compuestos con propiedades bioactivas. Todas ellas, han sido estudiadas en profundidad y forman parte integral de una serie de productos de uso actual generalizado.
Poseen propiedades antisépticas, antinflamatorias, antibacterianas, antioxidantes, antivíricas, antipiréticas y anticancerígenas. Dentro de ellas destacan: Astrágalo, Echinácea, Jengibre, Cúrcuma
Concluyendo
Existen una serie de estimulantes naturales que ayudan al mejor desempeño del sistema inmunológico. Pero debo establecer de antemano, que ninguno de ellos, puede actuar con eficiencia si no se lleva un buen estilo de vida, con un buen régimen alimenticio. Así mismo es importante descansar y dormir adecuadamente, además de evitar ingerir alcohol o fumar.
Algo muy importante, que muchas veces puede desequilibrar el sistema inmune son los sentimientos negativos y el ocio, arrastrando muchas veces a situaciones depresivas. Por ello, es muy importante permanecer siempre planificando y desarrollando proyectos de corto, mediano y largo plazo. Esto mantiene a todos activos, con la mente puesta en actividades positivas, permitiendo así elever el nivel espiritual.
En relación a las actividades físicas, ciertos estudios realizados en adultos mayores comprueban la importancia del mantenimiento adecuado del sistema inmune, mediante el ejercicio. Es decir, evitan la inmunosenescencia o el deterioro gradual del sistema inmunológico, por efecto de la edad.
Los estimulantes mencionados, han sido muy empleados desde hace mucho tiempo. Lo importante ahora, es concienciar, que realmente no se trata de simples complementos. Son compuestos bioactivos, que, asociados con las células y los sistemas, logran restaurar, potenciar y equilibrar procesos clave.
Finalmente puedo comentar, que mi seguidora de Argentina, realmente se motivó muchísimo con lo que compartí con ella. Es lo que exactamente publico en el post. Ella, me comenta que acostumbra realizar ejercicios en casa y más en estos momentos de cuarentena. Me comenta que prontamente incorporará en su dieta, alimentos ricos en betaglucanos y probióticos. Por supuesto sin bajar la guardia en los ejercicios que a diario realiza en su casa y no descuidando nunca sus favoritos batidos verdes con jengibre y limón.
“Ningún médico ha curado jamás a ningún paciente, el que cura es siempre el sistema inmune del paciente, lo único que cura (en el sentido médicamente estricto de la palabra) es el sistema inmune”
Dr. Wright, fundador del Instituto Americano contra el Cáncer
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Referencias:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5707683/
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https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK8143/
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https://www.health.harvard.edu/staying-healthy/how-to-boost-your-immune-system
https://www.ecoportal.net/salud/10_hierbas_y_especias_para_fortalecer_tu_sistema_inmunologico/?cn-reloaded=1
https://www.hopkinsmedicine.org/health/conditions-and-diseases/disorders-of-the-immune-system