Según el Dr. Iván Malagón, Director de Iván Malagón*Clinic, las cuatro principales razones de este miedo (y sus soluciones) son:
- Aunque representa a un número muy bajo de los casos, una mala experiencia previa. En estos casos, lo mejor es cambiar de especialista y explicar al pedir cita la situación para que sea comprensivo y pueda ayudar a solucionar el problema.
- Forma parte de la 'leyenda urbana', el miedo al dolor. Para empezar, la revisión dental periódica (cada seis meses) permite detectar patologías en su fase inicial, lo que permite tratarlas de forma poco invasiva. Por otra parte, además, el tratamiento, por lo general, no suele doler gracias a los avances tecnológicos.
- El miedo a lo desconocido y a que alguien 'hurgue' en algo nuestro y supuestamente fuera de control puede provocar ansiedad. Sin embargo, gracias a la sedación consciente esto no tiene por qué pasar. Gracias a la sedación consciente el paciente puede estar relajado pero consciente de lo que el especialista hace en todo momento teniendo la posibilidad de colaborar con él en el tratamiento.
- Muchas personas sienten miedo al pinchazo que se realiza para administrar al anestésico. Sin embargo, como es lógico, los profesionales odontólogos cuentan con formación específica para realizarnos sin dolor.
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