La leyenda de Mahaduta
Capítulo 5
El agricultor pagó de vuelta las malas acciones del joyero y el malentendido se solucionó.
El joyero no había tenido la oportunidad de saludar a Devala, ni de coger su bolsa. Justo cuando iba a hablar, un hombre corpulento vestido con ricas sedas entró en la habitación gritando:
?Pandú, me contaron lo que ha pasado. La rueda de la fortuna gira y gira, ¿no es así? Hace diez minutos parecía que ambos estábamos arruinados y ahora todo vuelve a estar bien. Venga, toma la bolsa, por lo que más quieras, y dale las gracias a este buen hombre.
Pandútomó la bolsa e inclinó su cabeza ligeramente hacia el agricultor:
?Yo me porté mal contigo y como pago tú me has ayudado. No se cómo podré pagarte por lo que has hecho.
?¿Cómo? ¡Dale una recompensa, Pandú! ?el hombre gordo chilló?. ¡Recompénsalo!
Inclinándose hacia Pandú, Devala dijo:
?Te he perdonado y no necesito ninguna recompensa.
Si no hubieses ordenado a tu esclavo volcar mi carro, posiblemente nunca habría tenido la oportunidad de conocer al Venerable Narada, ni de oír sus enseñanzas, las cuales me han beneficiado más que cualquier cantidad de dinero.
He tomado la resolución de nunca volver a dañar a otro ser vivo, ya que no quiero que me vuelvan a suceder calamidades como consecuencia de ello.
Esta resolución ha hecho que me sienta seguro y en control de mi vida de una manera que nunca antes había sentido.
?¡Narada! ?dijo Pandú?. ¡Así que él te ha enseñado! Él me instruyó a mí también pero me temo que no escuché muy bien... Toma esto, buen hombre?. Y dio a Devala varias piezas de oro de su bolsa. ?Y dime, ¿sabes dónde se hospeda el Venerable Maestro del Dharma en Varanasi?
?Sí, lo acabo de dejar en el monasterio que hay junto a la entrada Oeste de la ciudad ?Devala contestó?. De hecho, él me dijo que era posible que tú quisieses verlo. Me pidió que te dijese que puedes visitarlo mañana por la tarde.
Pandúse inclinó de nuevo, esta vez con mayor dignidad y reverencia.
?Ahora sí que tengo una verdadera deuda contigo ?dijo Pandú?. Y también creo en algo que Naradame dijo. Él dijo que tú y yo fuimos parientes en vidas previas y que nuestros destinos discurren juntos. Parece que hasta hemos encontrado al mismo maestro
Capítulo 6
La buena fortuna llega al agricultor como recompensa por su buena acción.
El hombre gordo había estado escuchando impacientemente.
?Sí, sí, toda esta cháchara filosófica está muy bien ?dijo alzando la voz?, ¡pero ahora hablemos de negocios!
Y girándose hacia Devala continuó:
?Deja que me presente, soy Mallikael banquero, amigo de Pandú. Tengo un contrato con el secretario del rey para proveer el mejor arroz para su cocina, pero hace tres días, mi competidor, deseando mi fracaso frente al rey, compró todo el arroz en Varanasi. Si no hago la entrega mañana estaré arruinado. Pero ahora, amigo mío, tú estás aquí, ¡y eso es lo que importa!
¿Es tu arroz de primera calidad? ¿Fue dañado por el idiota de Mahaduta? ¿Cuánto arroz tienes? ¿Tienes un acuerdo para venderlo? ¡Habla!
Sonriendo ante la impaciencia del banquero, Devala contestó:?He traído mil quinientas libras de arroz de primera calidad.
Sólo uno de los sacos se mojó un poco en el barro. No tengo nada apalabrado y tenía previsto llevarlo al mercado mañana por la mañana.
?¡Espléndido! ¡Espléndido! ¿Al mercado dices? ?Mallikaexclamó frotándose las manos?. Supongo que aceptarás el triple de lo que obtendrías en el mercado, ¿no?
?Lo aceptaré ?respondió Devala.
?Claro que sí ?dijo el banquero.
Llamó a sus sirvientes e hizo que descargaran el carro de Devala inmediatamente, y se dispuso a pagarle generosamente. Al mismo tiempo que contaba y ponía las monedas de oro en las manos de Devala, le dijo a Pandú:
?Un hombre nunca sabe de dónde vendrá la ayuda cuando la necesita.
Nunca pierdas la esperanza, pues la vida es un maravilloso misterio, ¿no?... Y esto completa el pago.
?¡No lo malgastes en el juego! ?dijo Mallikaa Devala?. Mientras se retiraba riéndose para continuar con su cena.
Devala no tenía intención de gastárselo en juegos o apuestas. Él ya había tomado la resolución de ir al monasterio donde el Venerable Naradavivía y ofrecer la mitad de su beneficio a la Triple Joya. El resto se lo llevó a su casa y lo gastó con cuidado a medida que lo necesitaba. A partir de ese día vivió prósperamente. Debido a su honestidad y sabiduría la gente de su pueblo llegó a considerarlo como su líder.
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