Dicho esto, en líneas generales, la respuesta directa a la duda acerca de continuar ejercitando inmediatamente después de hacernos un tatuaje es un no. Sin embargo, todo depende del tipo de ejercicio, la dimensión del tatuaje y la zona en la que se encuentre.
El tatuaje recién hecho y los deportes no son los mejores amigos
Antes de poner a mover el esqueleto conviene tomar en cuenta que los tatuajes son pequeñas heridas que requieren cumplir un correcto proceso de cicatrización para obtener buenos resultados.Durante el ejercicio, la piel se estira y es inevitable el riesgo de golpes o roces. Por otra parte, y de la misma manera que el el agua y los rayos del sol, la acción del sudor es una amenaza para los tatuajes.
Una semana en pausa
Por lo general, los tatuadores profesionales recomiendan un tiempo mínimo de 5 días de espera antes de regresar al entrenamiento. Sin embargo, no podemos olvidar que el proceso de cicatrización difiere entre una persona y otra.Asimismo, existen zonas del cuerpo más sensibles o expuestas, y tatuajes cuyas características exigen tiempos de recuperación mucho más largos. En este tipo de casos, la pausa en el entrenamiento puede extenderse hasta tres semanas.
Descartar las actividades acuáticas
No debemos confundir la hidratación de la piel con mantenerla en contacto frecuente con el agua, de hecho, quienes llevamos tiempo en esto de utilizar la piel como lienzo, reconocemos la importancia de limitar el aseo personal a duchas cortas.El agua del mar y el cloro destrozan cualquier herida reciente, y ese nuevo tatuaje no es la excepción, sobre todo, si sumamos el efecto nocivo de los rayos UV sobre la piel durante el proceso de recuperación y después de la cicatrización.