Poder ver conferencias, charlas, talleres y demás maestrías en casa, a la hora que mejor me viene se ha convertido en un “vicio” por el que me cuesta pasar días sin wifi. Pues sí, todo tiene su yin y su yang.
Abro septiembre con esta bella historia de Gonzalo Villariño, entrenador deportista argentino. Cuando uno encuentra su pasión, su sitio, lo reconoce.
Que lo disfrutéis,
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