COVID persistente y sus implicancias

Ya pasó más de un año desde que el COVID-19 apareciera para cambiarnos nuestras vidas, más de un año de que la comunidad científica luche contra este virus y que ahora nos veamos las caras frente a un nuevo desafío: el COVID persistente o Long COVID.



Los síntomas del COVID persistente se pueden prolongar durante meses y los más comunes son dolores en el pecho, dolores musculares, sentir fatiga, problemas de respiración, lagunas mentales, entre otros.

La fisioterapia está cumpliendo un rol fundamental en la lucha contra el COVID, para asistir a los millones de personas afectadas por sus secuelas y a las que padecen la enfermedad en etapas avanzadas y para evitar que los síntomas del COVID persistente sean crónicos.

Por todo esto, se trata de concientizar a las autoridades públicas para la inclusión de fisioterapeutas en hospitales y así acompañar a las personas recuperadas de COVID en su rehabilitación. Todo con el objetivo de evitar que el COVID persistente se convierta en una enfermedad incapacitante para algunos pacientes y puedan retomar el ritmo de sus vidas con el menor impacto negativo posible.

La fisioterapia se enmarca como uno de los principales tratamientos a la hora de enfrentarse a los síntomas como son los dolores de articulaciones, dolores musculares, dolores torácicos, problemas de salud mental y trastornos en la respiración.

También tenemos que hacer una diferenciación entre las personas que tuvieron que ser hospitalizadas para superar el COVID que sufren del síndrome Post-COVID y las personas que superaron la enfermedad de manera leve, pero padecen de COVID persistente.

Así los fisioterapeutas se alzan como una de las principales herramientas de contención contra la mayoría de los síntomas de la enfermedad. A la hora de atender el COVID persistente el profesional evalúa el estado del paciente y trata de brindarle un tratamiento específico para cada individuo, lo moldea a sus requerimientos y realiza un monitoreo de su evolución y posterior recuperación.

De esta forma, se asegura que el paciente mejore la condición física, alivie su dolor, tenga mejor actividad muscular y en definitiva mejore su calidad de vida.

El profesional de fisioterapia se asegura de monitorear el tratamiento de manera presencial o virtual según las necesidades del paciente. El programa de ejercicio físico-terapéutico será constante y estructurado, con metas alcanzables por el paciente, apoyado con un plan de fisioterapia respiratoria que brindará al paciente la posibilidad de recuperar fuerza y masa muscular, minimizar las miopatías, artropatías y polineuropatías que son resultado de la degradación de las fibras musculares, mejorar la eficiencia cardiorrespiratoria, optimizar el funcionamiento cardiovascular, recuperar y mejorar el equilibrio y la estabilidad.

En definitiva, con todos estos ejercicios y tratamientos, se tratará de que la persona afectada por COVID persistente pueda abordar nuevamente sus quehaceres cotidianos de manera segura y a un ritmo pausado. El profesional tendrá en consideración los síntomas que haya tenido el paciente y moldeará todo el plan médico asegurándose de que el individuo no sobrepase su grado de energía y fuerce la situación hasta sentir agotamiento.

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