La contaminación supone un problema muy importante, y cada vez se agrava más por el uso y consumo continuado de petróleo y carbón en zonas industriales o en procesos de combustión en centrales eléctricas. La luz excesiva por la noche, el ruido y los gases emitidos por el tráfico privado y el transporte público agravan este problema. En estos momentos, se dice que 9 de cada 10 españoles estamos expuestos a niveles de contaminación muy elevados. Niveles que como ahora veréis se disparan en el mundo urbano. Nuestra piel, el órgano más grande de nuestro cuerpo, es la gran afectada por la contaminación. Limpiar y tener una buena rutina son indispensables para hacer frente a la suciedad en el ambiente.
Este tipo de contaminación se produce principalmente por el dióxido de nitrógeno de los carburantes de los coches. Además, hay que añadir los efectos del smog, una nube baja en forma de boina formada por dióxido de carbono, hollines, humo y polvo que cubre algunas ciudades, como por ejemplo, Madrid. ¿La habéis visto?
Contaminación y las ciudades españolas: Madrid, Barcelona y Valencia
Madrid es la ciudad más contaminada de España. Lleva incumpliendo los límites establecidos por la Unión Europea desde 2010 y sus estaciones de medición registran continuamente niveles de contaminación que se consideran dañinos para la población. La capital española se despierta casi todas las mañanas con la boina de smog que cubre la ciudad casi de forma permanente. Otros casos son el de Barcelona, donde no se suelen sobrepasar los límites a excepción de aquellos días en los que hace viento o llueve. En Valencia, por ejemplo, hay noches en las que se observa una especie de nieblina o de polvo suspendido y eso es contaminación ambiental.
Contaminación y sus efectos sobre la salud y la piel
La piel, además de ser el órgano más grande de nuestro cuerpo, es la barrera que impide que entren agentes nocivos a nuestro organismo. Por ello, la piel tiene que estar cuidada para protegernos al máximo de la contaminación. Sin embargo, las partículas contaminantes son minúsculas, más pequeñas incluso que nuestros poros y pueden entrar a través de la piel.
La contaminación también afecta a la piel a diferentes niveles. De forma superficial, la ensucia y deposita sustancias nocivas en poros, folículos y glándulas sudoríparas. Además, el sudor y grasa segregados se pegan a la piel junto a la suciedad ambiental. Esto dificulta la regeneración celular, tapona poros y evita que la piel se oxigene.
De forma más interna, la piel no puede intercambiar con el exterior sustancias que deben salir, como el agua, lo que provoca que la piel se apague, disminuya el riego sanguíneo, funcione mal la barrera epidérmica y las fibras de elastina de la piel. Como consecuencia, la piel pierde progresivamente firmeza y elasticidad, aumenta la inflamación cutánea y la deshidratación. Esto provoca la aceleración del envejecimiento cutáneo, irritación, sequedad, formación de arrugas y aparición de manchas y eczemas.
Además, el ozono atrapado en el smog junto a la acción de los rayos de sol, hace que se liberen radicales libres que roban el oxígeno a nuestra células, favoreciendo su envejecimiento. De esta forma, una persona mayor con piel madura es más vulnerable en situaciones de altas concentraciones de contaminación pues la capacidad de la piel para combatir los radicales libres disminuye a medida que se envejece.
En los últimos años, la población que vive en países industrializados y que padece eczemas se ha multiplicado por 3, llegando a representar entre el 10 y el 20% de la población.
Además, vivir en un entorno contaminado provoca y facilita la aparición de enfermedades respiratorias, como el asma o fatiga, perjudica el desarrollo de embriones e incrementa el riesgo de padecer cáncer de pulmón y enfermedades cardiovasculares.
Y entonces qué hacemos, ¿todos a vivir a la montaña? Sabemos que eso es complicado. Por eso, en la parte que nosotros estudiamos y entendemos, podemos darte algunos consejillos.
Soluciones a los efectos de la contaminación en nuestra piel
Es imprescindible limpiar muy bien la piel y llevar a cabo una rutina de cuidado facial. De esta forma evitamos que las partículas contaminantes taponen los poros y hagan estragos en nuestro cutis.
Para ello, tienes que hacerte con los productos necesarios para limpiar y hace que tu cosmética se convierta en una cosmética antipolución.
Para el rostro
Aplica tu crema facial por la mañana. Después de todo el día, tanto si te has maquillado como si no lo has hecho, debes limpiarte la piel. Para ello, puedes usar la leche virginal en horario de noche. Una vez la cara esté limpia, vuelves a aplicar tu crema facial junto a tu contorno de ojos. De esa forma, la piel estará limpia e hidratada antes de irte a dormir y habrás eliminado la suciedad y polución que puede haber captado la piel a lo largo de la jornada.
Para el cabello
Nuestro pelo no está libre de la contaminación ambiental. Las partículas contaminantes se depositan en el cuero cabelludo y, del mismo modo, taponan los poros y el cabello se torna más fino. Por tanto, el cabello se ha de lavar con frecuencia pero, evidentemente, desterrando todo aquel champú que pueda contener sulfatos. Para ello, puedes escoger el champú que necesites según tu tipo de pelo: seco, normal o graso. Cuidarte de forma natural el cabello hará que puedas lucir después una melena más densa, poblada y que crezca con fuerza. Del mismo modo, evitarás tener un cuero cabelludo que esté irritado.
Para el cuerpo
Al igual que hemos de lavar el cabello con asiduidad, nuestras duchas han de ser diarias y usar un gel que no contenga sustancias que puedan ser tóxicas para la salud. Nosotros aquí tenemos el corazón dividido. Puedes escoger el Gel Equilibrio que te ayudará a regularte a nivel emocional gracias a la lavanda o apostar por el frescor de los cítricos del Gel Terreta. Ambos ya contienen aceites que te hidratarán la piel y nutrirán. Después de la ducha, por supuesto, una buena hidratación de la piel será indispensable, con nuestra Crema Corporal Hidratante Terreta.
Contrarrestar la contaminación
Y así, si sigues estos consejos… podrás hacer frente a la contaminación pues sabemos que, a veces, no es posible que vivamos en la montaña y tengamos nuestro lugar de trabajo en la misma pero aplicándonos este tipo de productos, de alguna forma, nos estamos cuidando nosotros y, como siempre solemos decir, cuidando y respetando la naturaleza y el entorno que tenemos.
Fuente: este post proviene de Cosmética natural y ecológica, donde puedes consultar el contenido original.
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