Claves para elegir lo que nos importa

De todos los millones de decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida nos llevan a ir acumulando objetos. Si no tenemos el hábito de mantener en orden nuestras pertenencias, estas nos tienen a nosotros. Por lo que, para que no dependas de lo que tienes, hoy te voy a enseñar mis claves para elegir lo que nos importa y aporta valor a nuestra vida.

Tener sólo lo que necesitamos es lo que nos dará el espacio que necesitamos en la vida.

Todo lo que poseemos nos influye. Pararse a analizar si la influencia es positiva, negativa o neutra nos hará que podamos elegir con claridad.

Muchas cosas las guardamos y acumulamos por diferentes motivos. Estas cosas nos quitan un espacio y energía. Si no estuvieran nos ayudarían a que entrasen nuevas cosas en nuestra vida (y no necesariamente materiales).

De manera natural tendemos a disfrutar de la vida, explorar, jugar, ser felices y amar. Dejarse llevar por los estímulos externos que nos llevan a centrarnos únicamente en lo material hace que nos alejemos de nuestra naturaleza.

En el post de hoy quiero enseñarte cómo hago para elegir las cosas materiales que no me son importantes. Y recuerda, cuando vivimos momentos felices no nos importa lo que tenemos, lo importante es la experiencia que nos llevamos.

Actúa por grupos no por zonas

Cuando estamos minimizando nuestros objetos, puedes intentar hacerlo por zona. Es decir, vas a la habitación y vacías la mesita o el armario. En cambio hay cosas que están repartidas por diferentes lugares. Eso hace que no puedas evaluar de manera objetiva lo que tienes y los duplicados pueden no aparecer.

Lo que me parece más práctico es juntar todo lo que hace una misma función para actuar en ese grupo de cosas. Por ejemplo, si voy a minimizar los zapatos, reuno todos los zapatos (sí también los del trastero) y me pregunto si me gusta o hace una función específica, no me gusta o ya no se puede usar para su función o si dudo. Con esto hago tres montones:

Lo que me gusta o hace una función para mí. Me lo guardo.

Lo que no me gusta, no hace ya su función o ya no lo necesito. Lo separo para aplicar la regla de VRDR (Vender, Regalar, Donar o Reciclar). En último (ultimísimo) caso tirar al vertedero.

Lo que tengo dudas. Lo guardo separado en una caja durante un tiempo (3 mes por ejemplo). Pasado el tiempo que establezca abro la caja y decido finalmente que hago con ello. Si durante ese tiempo necesito algo de lo que tengo en la caja lo saco y lo guardo.
Al actuar por grupos y no por zonas conseguimos minimizar un tipo de objetos y damos claridad en ese ámbito. En cambio, si actuamos por zonas irán apareciendo cosas a medida que minimizamos y tendremos la sensación de no terminar nunca.

Evitar los «por si acaso»

Durante el proceso de evaluación, evitar caer en los «por si acaso» lo necesito en el futuro. Eso pone de manifiesto que no estamos dejando que salgan cosas para traer nuevas cosas a nuestra vida.

Los trasteros están llenos de «por si acasos«. Aunque cada vez me pasa menos, todavía tengo tentaciones de guardar cosas por si las necesito en el futuro. No suele merecer la pena.

Cuando surja la necesidad la vida nos proveerá de lo que necesitemos y si no es así, quizás no es tan necesario.

Preocuparse por el futuro nos aleja de vivir felices el presente.

Prescinde de lo que usas sólo «de vez en cuando»

Acumulamos algunas cosas que sólo utilizamos de manera esporádica. Son cosas que compramos sin pensarlo mucho o que quizás en otra época sí que las utilizabamos. No obstante, ahora ya no hacemos uso de ellas tanto como para tenerlas.

Quizás ya no sean tan importantes para nosotros y nuestra forma de vida. Dejar ir este tipo de cosas nos librará del pasado, ya que a través del objeto nos mantenía ese vínculo.

No hay que preocuparse por si las vamos a necesitar. Siempre tendremos las opción de alquilarlas o volver a comprarlas (no necesariamente nuevas).

En este grupo en mi caso se encuentra el material deportivo. Soy muy fan del deporte y he tenido una época en la que probaba y me enganchaba a todo. De aquella no barajaba la posibilidad de alquilar y terminé acumulando material.

Todo lo que no uso durante más de 6 meses o un año, me pregunto ¿para qué seguir ocupando un espacio en tu vida?

Escoge entre los duplicados

No es difícil terminar con objetos duplicados si no se analiza lo que se tiene y no ponemos el foco el minimizar nuestras pertenencias.

Los duplicados son objetos que hacen la misma función que otro objeto que ya tenemos.

Para deshacernos de ellos yo me pregunto: ¿Cuál me gusta más? ¿Hay alguno con el que disfrute más? ¿Con cuál estoy más cómodo? Lo mejor es quedarse sin duplicados, por lo que nos quedamos con lo mejor de lo que tenemos y el resto lo descartamos.

Como siempre que vayas a deshacer de algo, usa la regla VRDR. Que a ti no te resulte útil no quiere decir que no le vaya resultar útil a nadie más. Siempre hay alguien que necesita lo que nosotros ya no necesitamos.

Principio de prevención

Soy muy fan de la prevención, hay una refrán que dice: «prevenir antes que curar». Apliquemos esta lógica también a nuestras compras. Hasta ahora hemos visto maneras de liberar espacio con lo que ya tenemos. Una vez realizado el trabajo, lo importante será mantenerlo en el tiempo. Para ello la mejor solución es la prevención.

Comprar de manera consciente, nos ayudará a mantener en nuestra vida sólo lo que nos aporta valor y nos importa en nuestra vida.

Cuando compramos cosas utilizamos dinero y el dinero es energía. Una energía que generamos, por lo general, con nuestro tiempo. Si usamos esta energía de manera inteligente, prescindiendo de lo superfluo y en las cosas que realmente nos aportan valor, acumulamos el excedente. Y este excedente de energía nos permite acercarnos a nuestra naturaleza: explorar, jugar, ser felices y amar.

Por tanto, se podría decir que comprar en exceso nos aleja de nuestra naturaleza. Si quieres más información aquí te dejo un artículo de cómo aprender a comprar de manera consciente.

Bonus final

Con las cosas que tengas con valor sentimental yo aplico el siguiente truco que leí hace tiempo y me pareció muy interesante. Hazle una foto (puedes guardarla en una carpeta especial llamada Recuerdos, ponle la fecha y un nombre que permita recuperarla de manera fácil), agradece a la persona el detalle y deshazte de ello.

Aferrarse a objetos que tienen un valor sentimental no nos ayuda a avanzar.


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